¿Es bello morir joven?

29 de junio de 2008



¿Es bello morir joven?

Quienes me siguen más o menos saben la intensa curiosidad y fascinación que siento por quienes abandonan este mundo siendo aun jóvenes, especialmente si han vivido rápido y han hecho algo heróico o destadado. No sostengo que hay más belleza en un cuerpo muerto que en uno vivo, pues la muerte destruye la belleza del cuerpo. Pero morir jóven es morir sin envejecer, sin decaer, sin tener tiempo para el desgaste. Morir joven es morir sin sufrir la cruel venganza del tiempo, sin ser el espejismo de lo que soñamos ser. Y es también un desafío hacia una sociedad en la que las personas son únicamente medios de producción y consumo. Morir joven es morir sin ser explotado y manteniendo la pureza utópica. Morir joven es algo triste, pero también una forma de vivir para siempre.


Ruslana Korshunova

  • La modelo kazaja de 20 años Ruslana Korshunova murió ayer por la tarde tras lanzarse al vacío desde su apartamento, situado en un noveno piso de Water Street, en el bajo Manhattan. La policía indicó que no había señales de violencia en la vivienda y que en principio se trató de un suicidio, aunque siguen investigando.

    Ruslana Korshunova había nacido en 1987 en Almaty, la mayor ciudad de Kazajstán, y fue descubierta en 2003 por Debbie Jones, de la Agencia Models 1. Desfiló en las pasarelas más importantes del mundo (Londres, Nueva York, Milán, etc) luciendo ropa de famosos diseñadores como Vera Wang, Donna Karan y Christian Dior. También fue portada de revistas como Elle en Francia y Vogue en Rusia.

    Hablaba con fluidez en ruso, inglés y alemán, y era conocida por su largo cabello y sus preciosos ojos verdes. Lamentamos mucho lo ocurrido :( ''/


    Ruslana Korshunova

    Youtube - Ruslana Korshunova Tribute



    Miyuki Kanbe

  • El pasado día 18 de junio falleció de un paro cardíaco en un hospital de Kawasaki la joven actriz y cantante japonesa Miyuki Kanbe, de 24 años.

    Kanbe tenía problemas de salud desde hacía un año y medio cuando tuvo que cancelar su participación en una obra teatral. Desde entonces había estado varias veces ingresada, hasta su fallecimiento.

    Miyuki Kanbe era muy conocida entre los aficionados al manganime por su papel de Usagi Tsukino (elegida entre más de 500 aspirantes) en los musicales de Sailor Moon que se llevaron a cabo entre 2000 y 2001, así como por su papel de Kyoko Kakei en la película Battle Royale II (2003). Era una chica preciosa y poseía una voz dulce y cálida. Lloramos de tristeza por su pérdida :( ''/


    Miyuki Kanbe en Youtube:

  • In Memory Miyuki Kanbe "Ginga no Sanctuary"
  • Miyuki Kanbe 1984-2008
  • In memory of Miyuki Kanbe
  • Video Tribute to Miyuki Moon
  • In Memory Miyuki Kanbe "The Last Change"


    Miyuki Kanbe - Sailor Moon

    Miyuki Kanbe en Sailor Moon





    Escuchando Kuroi Namida, Anna Tsuchiya


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    Queremos ser como Allende :)

    26 de junio de 2008


    Salvador Allende Gossens (1908-1973)

    Hoy se cumplen 100 años del nacimiento en Valparaíso del gran dirigente socialista chileno Salvador Allende, ¡¡qué gran emoción sentimos al recordarlo!!

    En 1970 Allende se convirtió en el primer socialista elegido Presidente de la República. Nunca Chile se vio más hermoso, con una intensidad de vida en la que el sueño de un país libre, justo y democrático era completamente real, como si el cielo ya pudiera tocarse con las manos.

    Pero el 11 de septiembre de 1973 Allende fue derrocado por un cruento Golpe de Estado organizado por la oligarquía y los Estados Unidos. El sueño se transformó en una horrible pesadilla de horror cotidiano, una larga noche de muerte y represión. Miles de personas murieron, hombres y mujeres jóvenes que llevaron hasta el final la defensa de unos ideales. Pero no murió la esperanza ni el deseo de un mundo mejor.

    Allende apoyó la lucha de la II República Española y condenó siempre la dictadura franquista. El 1939, siendo Ministro de Salud del gobierno de Pedro Aguirre Cerda, recibió en el puerto de Valparaíso a los refugiados españoles del Winnipeg. Entre sus amigos más cercanos se contaron pasajeros de aquel mítico barco, como Víctor Pey o el pintor José Balmes.

    Que la memoria de Allende y de todos los socialistas que dieron su vida por la Democracia, la Libertad y la Justicia Social en Chile, sirva para fortalecer nuestro compromiso y nuestra voluntad de lucha en la difícil época que nos toca vivir. No permitamos que los enemigos de la clase trabajadora acaben con la esperanza que para tantos millones representan Hugo Chávez, Evo Morales o Rafael Correa. Que la vida venza a la muerte y la luz a la oscuridad, y como nos gusta decir...



    ¡¡¡A LOS REVOLUCIONARIOS CAIDOS NO SE LES
    LLORA, SE LES REEMPLAZA EN LA LUCHA!!!





    Afiche de la Unidad Popular

    Afiche de la Unidad Popular




    Escuchando A Siren's Soliloquy, Alesana



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    El pueblo ama a Kye Sun-Hui

    7 de junio de 2008


    Kye Sun-Hui

    Una de las más grandes deportistas de nuestro tiempo es la judoka norcoreana Kye Sun-Hui. Campeona olímpica y cuatro veces campeona mundial, sus triunfos impresionan tanto como su sencillez y sus cualidades humanas. Ella es un orgullo para Corea del Norte y para todos los socialistas del mundo.

    Kye Sun-Hui nació el 2 de agosto de 1979 en Pyongyang. De niña era una buena estudiante y tenía aptitudes para las matemáticas, por lo que sus padres deseaban que fuera a la Universidad para estudiar ciencias. Sin embargo a ella le gustaban más los deportes, y sobre todo el judo. Como era delgada y baja de estatura, al principio los entrenadores no le veían muchas posibilidades. Pero ella no se rindió, y nadie pudo doblegarla. Su perseverancia impresionó al entrenador Pak Chol. Todos los días, al salir a la escuela, iba al gimnasio para entrenar duramente. Nunca se quejaba.

    En 1995 participó por primera vez en los campeonatos nacionales, y acabó logrando el triunfo. Sin embargo no estaba totalmente satisfecha, porque lo que de verdad deseaba era medirse con las mejores judokas del mundo y en las competiciones más importantes, para así alegrar al Querido Líder Kim Jong Il y cubrir de gloria a la nación.

    Su gran oportunidad llegaría al año siguiente. A pesar de su inexperiencia y de tener solamente 16 años, las autoridades deportivas la eligieron para representar a Corea del Norte en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996.


    Atlanta 1996 - Combate entre Kye Sun-Hui y Ryoko Tamura
    Atlanta 1996 - Combate entre Kye Sun-Hui y la japonesa Ryoko Tamura



    Campeona Olímpica en Atlanta 1996


    Las competiciones de judo en estos Juegos tuvieron lugar en el Georgia Congress Center de Atlanta. El 26 de julio le llegó el turno a las participantes en la categoría de menos de 48 kg para mujeres, en la que 23 judokas lucharían combate tras combate por alcanzar un lugar en el podio. La gran favorita era la japonesa de veinte años Ryoko Tamura. Subcampeona olímpica en Barcelona 92, Tamura no había perdido ni uno sólo de los 84 combates disputados en los siguientes cuatro años, y tenía en su haber dos títulos de campeona mundial. Proveniente del país donde nació este deporte, casi nadie dudaba de su triunfo olímpico en Atlanta.

    Entre las participantes estaba Kye Sun-Hui, que nunca antes había competido fuera de su país. En Atlanta, nadie la conocía a ella, ni ella conocía a nadie. Tras su triunfo, reconoció que nunca había oído hablar de Ryoko Tamura ni de sus otras rivales. Los judokas de élite suelen preparan minuciosamente cada competición con sus entrenadores, analizando a sus posiles rivales, viendo vídeos de sus combates, etc. Esto les permite conocer sus puntos débiles y de este modo preparar mejor la estrategia. Kye Sun-Hui no necesitó nada de esto para ganar la medalla de oro.

    Poco a poco y sin hacer ruido, la norcoreana fue derrotando a sus oponentes en el camino hacia la final. Primero a la holandesa Meijer, luego a la francesa Sarah Nichilo, y por último en seminales a la española Yolanda Soler. Contra todo pronóstico, Kye Sun-Hui se plantaba en la final olímpica para disputar la medalla de oro frente a la japonesa Ryoko Tamura. Todos se preguntaban quién era esa jovencita de enigmática mirada que osaba desafiar a las mejores judokas del mundo.

    Un combate de judo femenino dura cuatro minutos, salvo que alguna de las judokas logre un ippon, en cuyo caso la victoria es suya. En ese tiempo hay que intentar puntuar lo máximo posible, mediante técnicas que son valoradas por unos jueces situados junto al tatami.

    La final entre Tamura y Kye Sun-Hui será dificil de olvidar. Tamura no sólo era la gran favorita, sino que también contaba con el apoyo de la mayoría del público que seguía la competición desde las gradas. En Estados Unidos, la horrible propaganda de tantos años contra Corea del Norte hace que la gente se predisponga contra todo lo que venga de este país.

    Nada de esto logró intimidar a Kye. Desde el inicio, la experimentada japonesa se vio sorprendida por la audacia y la agresividad de la coreana, que salió al ataque y sin ningún miedo ante la doble campeona mundial. Durante los primeros tres minutos del combate, ninguna de los dos fue capaz de puntuar, pero poco a poco la japonesa iba cediendo terreno a su rival. Por fin, a falta de sólo 22 segundos para el final, Kye logró enganchar la pierna de su rival y los jueces le concedieron un koka.


    Atlanta 1996 - Kye Sun-Hui
    Atlanta 1996 - Triunfo de Kye Sun-Hui


    Atlanta 1996 - Kye Sun-Hui
    Atlanta 1996 - Triunfo de Kye Sun-Hui



    De este modo Kye ya casi podía tocar el oro con sus manos. Tamura, que no daba crédito a lo que sucedía, buscó desesperadamente darle la vuelta al marcador en los pocos segundos que quedaban, pero resultó inutil, e incluso los jueces le impusieron una penalización en los últimos instantes por un "falso ataque".

    Terminado el combate, la japonesa arrodillada y con la mirada pérdida era la viva imagen de la derrota y la impotencia, mientras Kye Sun-Hui alzaba sus brazos con una gran sonrisa y corría a abrazarse con su entrenador, quien sin duda era una parte importante de su victoria. En la ceremonia de entrega de medallas, mientras sonaba el himno y era izada la bandera de su país, las lágrimas comenzaron a brotar de su joven y bello rostro. Había conseguido una medalla de oro para la gran nación coreana.

    La victoria de Kye Sun-Hui fue una de las mayores sorpresas de los Juegos de Atlanta. Con sólo 16 años, era la campeona olímpica de judo más joven de la historia, algo que nadie ha superado hasta hoy.


    Paris 1997 - Combate entre Kye Sun-Hui y la francesa Marie-Claire Restoux
    Paris 1997 - Combate entre Kye Sun-Hui y la francesa Marie-Claire Restoux



    El oro olímpico fue sólo el inicio de una carrera deportiva repleta de éxitos para Kye Sun-Hui, posiblemente la mejor deportista norcoreana de la historia.

    En los Campeonatos del Mundo de París 1997 ganó la medalla de plata en la categoría de menos de 52 kg, perdiendo en la final con la francesa Marie-Claire Restoux. En 1998 ganó el oro en los Juegos Asiáticos celebrados en Bangkok, y al año siguiente ganó una medalla de bronce en los mundiales de Birmingham.


    Sydney 2000 - Noriko Narazaki, Legna Verdecia, Kye Sun-Hui y Liu Yuxiang
    Sydney 2000 - Podium de Judo (-52 kg) - Noriko Narazaki (plata), Legna Verdecia (oro),
    Kye Sun-Hui (bronce) y Liu Yuxiang (bronce)



    Bronce en Sydney 2000


    En Sydney 2000 Kye Sun-Hui participó en sus segundos Juegos Olímpicos. Fueron unos Juegos muy especiales para los coreanos, ya que por primera vez en la historia Corea del Norte y Corea del Sur desfilaron juntas bajo una misma bandera. Muchos coreanos presentes en Sydney animaron a sus deportistas sin distinción entre el Norte y el Sur. Hubo un ambiente de camaradería nunca visto antes.

    A diferencia de lo ocurrido en Atlanta, Kye ya no era una desconocida, sino que estaba considerada como una de las favoritas para ganar el oro. Junto a ella también entraban en los pronósticos la japonesa Noriko Narazaki (vigente campeona mundial) y la cubana Legna Verdecia (bronce en Atlanta). Tras derrotar a varias rivales, Kye tuvo que verselas en semifinales precisamente con Verdecia, una experimentada judoka de 28 años procedente de Holguín. Fue un combate enormemente igualado en el que el triunfo cayó del lado cubano por hantei, es decir, por decisión de los jueces. Finalmente Legna Verdecia ganaría la medalla de oro, mientras Kye Sun-Hui tuvo que conformarse la medalla de bronce, muy meritoria por otro lado.


    Munich 2001 - Combate entre Kye Sun-Hui y Raffaella Imbriani
    Munich 2001 - Combate entre Kye Sun-Hui y la alemana Raffaella Imbriani


    Osaka 2003 - Combate entre Kye Sun-Hui y la alemana Yvonne Bönisch
    Osaka 2003 - Combate entre Kye Sun-Hui y la alemana Yvonne Bönisch


    Osaka 2003 - Kye Sun-Hui, campeona mundial
    Osaka 2003 - Kye Sun-Hui, campeona mundial


    Osaka 2003 - Kye Sun-Hui y Kosei Inoue
    Osaka 2003 - Kye Sun-Hui y el japonés Kosei Inoue, elegidos los mejores judokas del torneo


    Atenas 2004 - Combate entre Kye Sun-Hui e Yvonne Bönisch
    Atenas 2004 - Combate entre Kye Sun-Hui y la alemana Yvonne Bönisch



    Subcampeona olímpica en Atenas 2004


    Tras los Juegos de Sydney, Kye incrementó su palmarés de forma espectacular. En 2001 ganó en Munich su primer título de campeona del mundo, tras vencer en la final a la alemana Raffaella Imbriani por ippon. Tras pasar a la categoría superior de menos de 57 kg, volvió a quedar campeona del mundo en Osaka 2003, superando en la final a otra alemana, Yvonne Bönisch. Con esta judoka Kye mantendría una intensa rivalidad en los años siguientes.

    Los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 eran su tercera participación olímpica, y partía como gran favorita dada su condición de doble campeona mundial. Su victoria sobre la cubana Yurisleidys Lupetey (una ex-campeona mundial) en semifinales parecía un buen augurió para luchar por el oro. La final olímpica enfrentó de nuevo a las dos finalistas de los mundiales de 2003: Kye Sun-Hui y la alemana Yvonne Bönisch. Esta vez, sin embargo, Kye no pudo con la teutona, que en los primeros instantes del combate se adelantó en el marcardor con un yuko, y acabó llevándose la medalla de oro, dejando a Kye con la plata.


    Atenas 2004 - Combate entre Kye Sun-Hui e Yvonne Bönisch
    Atenas 2004 - Combate entre Kye Sun-Hui y la alemana Yvonne Bönisch


    Atenas 2004 - Kye Sun-Hui, Yvonne Bönisch, Deborah Gravenstijn y Yurisleidy Lupetey
    Atenas 2004 - Podiun de judo (-57 kg) - Kye Sun-Hui (plata), Yvonne Bönisch (oro),
    Deborah Gravenstijn (bronce) y Yurisleidy Lupetey (bronce)


    Atenas 2004 - Kye Sun-Hui, medalla de plata
    Atenas 2004 - Kye Sun-Hui, medalla de plata



    Kye Sun-Hui ganaba así su tercera medalla olímpica consecutiva, todas de diferentes metales y todas en diferentes categorías, algo que ninguna otra judoka ha conseguido nunca.

    En los últimos años Kye ha continuado siendo la reina de su categoría. En los mundiales de El Cairo 2005 se tomó la revancha sobre Bönisch, derrotándola por ippon para hacerse con su tercera corona mundial. Por último, en los mundiales de Rio de Janeiro 2007, Kye volvió a llevarse el oro, venciendo esta vez en la final a la española Isabel Fernández por ippon.


    El Cairo 2005 - Combate entre Kye Sun-Hui e Yvonne Bönisch
    El Cairo 2005 - Combate entre Kye Sun-Hui e Yvonne Bönisch


    El Cairo 2005 - Kye Sun-Hui
    El Cairo 2005 - Kye Sun-Hui, campeona mundial


    Rio de Janeiro 2007 - Combate entre Kye Sun-Hui e Isabel Fernández
    Rio de Janeiro 2007 - Combate entre Kye Sun-Hui y la española Isabel Fernández


    Rio de Janeiro 2007 - Combate entre Kye Sun-Hui e Isabel Fernández
    Rio de Janeiro 2007 - Combate entre Kye Sun-Hui y la española Isabel Fernández


    Rio de Janeiro 2007 - Isabel Fernández, Kye Sun-Hui, Bernadett Baczkó y Aiko Sato
    Rio de Janeiro 2007 - Podium de judo (-57 kg) - Isabel Fernández (plata), Kye Sun-Hui (oro),
    Bernadett Baczkó (bronce) y Aiko Sato (bronce)


    Rio de Janeiro 2007 - Kye Sun-Hui
    Rio de Janeiro 2007 - Kye Sun-Hui, campeona mundial por cuarta vez



    Ser tres veces medallista olímpica y cuatro veces campeona mundial no es algo que esté al alcance de cualquiera. Pocos deportistas han llegado tan alto en su disciplina. Con muchos menos logros, algunos se muestran arrogantes y endiosados, como si se creyeran seres superiores. En cambio a Kye Sun-Hui no le gusta presumir ni alardear de sus éxitos. Es una persona sencilla, humilde y trabajadora, que lo entrega todo sin exigir nada a cambio. Sólo piensa en conseguir más victorias y poder dedicárselas a su nación y a su pueblo.

    Una medalla de oro en los próximos Juegos Olímpicos de Beijing sería el broche perfecto para la carrera deportiva de esta mujer extraordinaria.

    Kye Sun-Hui esta casada con Kim Chol, entrenador de judo, y compagina los entrenamientos con sus estudios de Educación Física en la Universidad de Pyongyang.

    Su enorme deseo de victoria y voluntad de superación son su mayor tesoro. GOOD LUCK IN BEIJING!!!


    Kye Sun-Hui



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    Judy Garland, en algún lugar sobre el arco iris...

    4 de junio de 2008


    Judy Garland (1922-1969)

    Pocas personalidades de Hollywood encarnaron, como ella, la exuberancia artística en continua lucha contra la adversidad personal. Frances Ethel Gumm, para siempre Judy Garland, nació en 1922 en Grand Rapids (Minnesota), y murió en 1969 en Londres, con sólo 47 años. Da vértigo todo lo que pudo hacer en tan poco tiempo, y desde tan jóven: hija de artistas (born in a trunk, como cantaba en Ha nacido una estrella), a los 3 años ya actuaba con sus padres, y a los 6 cantaba y bailaba con sus dos hermanas mayores en un trío llamado The Gumm Sisters.

    En el mundo del espectáculo anglosajón, decir Judy Garland es decir leyenda. Si en nuestro país no lo fue se debe a que sus mejores películas (a excepción de El Mago de Oz, claro) tardaron bastante años en España, y casi todas ellas vía televisiva, desde Cita en St. Louis a la culminante Ha nacido una estrella. Tan increíble ausencia, se debía a la poca confianza que el cine musical americano merecía a los distribuidores españoles. Por esta razón, la gran Judy Garland sólo es recordada aquí como la niña que visitó el País de Oz, la jovencita romántica que acompañaba a Mickey Rooney en la serie de Andy Hardy (Andrés Harvey por estos lares...) y, por supuesto, la madre de Liza Minnelli.

    A mediados de los años 30, su madre se la llevó a Hollywood para participar en varias pruebas cinematográficas, y pronto quedaría al decubierto el enorme talento de la jóven Frances Gumm, que por sugerencia del productor y actor George Jessel cambió su nombre por el de Judy Garland. En septiembre de 1935, cuando tenía 13 años, firmó su primer contrato con la Metro Goldwyn Mayer. En esta época la Fox tenía a Shirley Temple, mientras que Deanna Durbin era la niña bonita de la Universal. La Metro se vió obligada a contraatacar, y eligió a Judy Garland. La produjo, en el sentido hollywoodiense del término. Sastres, peluqueros, profesores de canto, baile y dicción cayeron sobre la pequeña Frances. Quizás inspirados por su apellido (Gumm), los estudios la estiraron y la encogieron a su antojo.



    Judy Garland en Locuras de estudiantes (1936)
    Judy Garland en Locuras de estudiantes (1936), su debut en el cine


    Judy Garland en El Mago de Oz (1939)
    Judy Garland en El Mago de Oz (1939)



    Debutó en 1936 con la agradable comedia deportiva Locuras de estudiantes (Pigskin Parade), y a partir de ahí le hizieron rodar película tras película cuando todavía era una niña, y cuando dejó de serlo la obligaron a seguir en el papel: rodó El Mago de Oz (The Wizard of Oz, 1939) con 16 años, y porque la Temple había rechazado el papel...

    La película dirigida por Victor Flemming fue un éxito descomunal, y Judy Garland se convirtió en una estrella mundialmente famosa con su papel de Dorothy, una niña de Kansas que se ve arrastrada por un tornado y llega a un fantástico lugar donde habitan brujas buenas y malas, un espantapájaros que habla, un león cobarde, un hombre de hojalata, etc. A pesar de ir dirigida en principio al público infantil, es considerada una obra de culto por parte de la comunidad gay... Garland, cuya actuación le valió un Oscar especial a la mejor actriz juvenil de ese año, quedaría identificada para siempre con la bella melodía de Somewhere over the rainbow (En algún lugar sobre el arco iris), sin duda una de las canciones más populares de todo el siglo XX y que ha sido versionada infinidad de veces.



    Judy Garland y Mickey Rooney en Los hijos de la farándula (1939)
    Judy Garland y Mickey Rooney en Los hijos de la farándula (1939)



    Judy escapó de Oz, pero siguió encerrada en un Paraíso rosa. Le buscaron un compañero de juegos: Mickey Rooney. Fueron adolescentes eternos, ya fuera en la arcadia del juez Hardy, o jugando a la conquista de Broadway de la mano del gran Busby Berkeley, uno de los coreógrafos más imaginativos que ha habido en el cine musical, en éxitos como Los hijos de la farándula (Babes in arms, 1939), Armonías de juventud (Strike up the band, 1940) o, ya en plena guerra, Babes on Broadway (1941).

    Detrás de tanta ligereza, risas continuas y felicidad a raudales, había jornadas esclavistas de 20 horas de trabajo, con píldoras estimulantes al amanecer y somníferos a la caída de la noche. Entre 1939 y 1950, Judy rueda 22 películas: una media de dos por año. La vida no tarda en pasarle factura. A los 20 es una jóven "envejecida" y agotada, que se casa con el músico David Rose y se separa al poco tiempo. En 1942, los estudios le permiten su primera interpretación adulta, en Por mí y por mi chica (For me and my gal) junto al mítico Gene Kelly.

    En 1944 conoce a Vincent Minnelli, que le regala (aunque ella bien se lo ganó...) el enorme éxito de Cita en St. Louis (Meet me in St. Louis). Al año siguiente, recién terminada la guerra, ambos contraen matrimonio, y poco después nacería su hija Liza, que con el tiempo se convertiría en una célebre actriz y cantante, ganadora del Oscar por Cabaret (1972)



    Judy Garland y Vincent Minnelli en 1951
    Judy Garland con su marido Vincent Minnelli en 1951


    Judy Garland y James Mason en Ha nacido una estrella (1954)
    Judy Garland y James Mason en Ha nacido una estrella (1954)



    En 1948, una nueva maravilla minelliana: El Pirata (The Pirate). La estrella tiene celos de su compañero de reparto Gene Kelly, y acuciada por su eterna inseguridad y por problemas de sobrepeso, sufre una crisis de ansiedad durante el rodaje. Los médicos del estudio le recetan la píldora mágica, benzedrina, y la convencen de que ni produce adicción ni tiene efectos secundarios. Entre benzedrina y veronal, rueda en 1948 Desfile de Pascua (Easter Parade), de Charles Walters, con 17 canciones de Irving Berlin. Se repite el éxito de El Pirata, pero cae víctima de una depresión nerviosa y es ingresada en un sanatorio californiano.

    Empieza una lista de aplazamientos y anulaciones de contratos. Sus problemas con el estudio saltan a las columnas de chismorreos, y se ve obligada a escribir una carta a sus admiradores para tranquilizarlos. A finales de los 40, la Metro rescinde su contrato, al negarse Judy a interpretar el papel de la mestiza Julie en Magnolia (Show Boat, 1951). Su última película para el estudio será Summer Stock (1950), de Charles Walters.

    En 1951 se separa de Minnelli, y la prensa da cuenta de un intento de suicidio. Es su cota más baja: al hacerse pública la noticia, ningún estudio de Hollywood se atreve a contratarla. Apartada del cine, comienza entonces su portentosa carrera como cantante, con una escalada de recitales que la convertirán en un monstruo sagrado. Graba disco tras disco en la Capitol y se presenta en el Palace Theatre de Nueva York, que reabre sus puertas para la ocasión: Judy at the Palace enloquece a público y crítica y el espectáculo permanece 21 semanas en cartel. Su nuevo marido, el agente Sidney Luft, con el que se casa en 1952, le consigue una serie de emisiones televisivas y radiofónicas.

    A raiz del éxito de su retorno, las puertas de Hollywood vuelven a abrírsele. Luft convence a la Warner para rodar con ella un remake de Ha nacido una estrella, melodrama protagonizado por Janet Gaynor y Fredric March en 1937 que trata de las relaciones entre un maduro actor en decadencia y una estrella ascendente. George Cukor dirige la nueva versión en 1954, con James Mason acompañando a Garland, y el resultado es una verdadera obra maestra, para muchos la mejor película de la actriz. Lamentablemente Grace Kelly le "roba" el Oscar por la olvidada La angustia de vivir (The country girl).



    Judy Garland en Vencedores o vencidos (1961)
    Judy Garland en Vencedores o vencidos (1961)


    Judy Garland y Liza Minnelli en 1963
    Judy Garland con su hija Liza Minnelli en 1963



    Despechada, sigue adelante con sus recitales, y alcanza la perfeccción absoluta de su arte en el mítico Judy at the Carnegie, en 1961. El doble album del concierto recibe cinco premios Grammy y vende más de dos millones de copias. En la temporada 1963-64 consigue su propio programa en la CBS, El Show de Judy Garland, un clásico en su género, pero que se hunde en los ratings por la competencia con Bonanza, serie que emite la NBC a la misma hora. Pese a su indudable calidad, el programa fue cancelado tras 22 semanas en antena, un fracaso que resultó emocionalmente devastador para Garland.

    En la decada de los 60 alterna sus recitales con tres impresionantes trabajos en el cine. Cambia radicalmente de registro para encarnar a una envejecida matrona en Vencedores o vencidos (Judgment at Nuremberg, 1961), la cinta de Stanley Kramer sobre los juicios de Nuremberg que le vale una nominación secundaria al Oscar, ganado (esta vez muy merecidamente) por Rita Moreno con West Side Story. Dos años después, a las ordenes de John Cassavettes, rueda Angeles sin paraíso (A child is waiting), conmovedora elegía sobre el mundo de los niños con retraso mental, que por su absoluta ausencia de sentimentalismo resulta un previsible fracaso en taquilla. Finalmente, en Londres, y aprovechando el "Culto Garland", protagoniza Podría seguir cantando (I could go on singing, 1963), su despedida del mundo del cine.



    Judy Garland
    Judy Garland en 1966


    Judy Garland
    Judy Garland en una de sus últimas actuaciones



    Sus últimos años fueron de progresiva decadencia. Mientras su carrera profesional se iba difuminando, su vida personal continuaba llena de problemas derivados de su inestabilidad emocional y su adicción a las drogas y el alcohol. Además tuvo que pelear amargamente por la custodia de los dos hijos habidos en su matrimonio con Sidney Luft. En 1965 se casa con Mark Herron, del que se separa a los seis meses.

    En marzo de 1969 dio en la ciudad danesa de Copenhague el que sería su último concierto. El 22 de junio de ese año, dos semanas después de su 47 cumpleaños, es encontrada muerta en el baño de su apartamento en Londres por su quinto y último marido, Mickey Deans, con el que se había casado tres meses antes. La autopsia reveló una sobredósis de somníferos, aunque otras versiones aseguran que murió de anorexia, complicada con un fatal proceso hepático. 22.000 personas se congregaron para despedirla en su funeral, en la que ha pasado a la historia como la primera gran manifestación gay norteamericana, debido a que Judy era un ícono de este colectivo. Fue enterrada en el cementerio de Ferncliff, en Hartsdale, Nueva York.

    Muchos cronistas conectaron su muerte y posterior funeral con los disturbios de Stonewall, que se produjeron pocos días más tarde (el 28 de junio) y que marcan el orígen del moderno movimiento de liberación gay. Y es que, según este argumento, la comunidad gay se encontraba especialmente sensible en esas fechas por la desaparición de quien consideraban su gran ídolo.


    Tumba de Judy Garland en en cementerio de Ferncliff, Nueva York
    Tumba de Judy Garland en el cementerio de Ferncliff, Nueva York



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