Adiós a la Rosa de Tokio ''
28 de septiembre de 2006
Hija de inmigrantes japoneses, Iva Toguri nació en Los Angeles (California) el 4 de julio de 1916. En el verano de 1941 viajó a Japón para visitar a un tía suya que se encontraba enferma. No imaginaba como este viaje iba a trastocar su vida.
Llegó a Japón el 25 de julio de 1941, y estuvo viviendo en casa de sus tíos. Allí le sorprendió meses después el inicio de la guerra, de manera que se vió obligada a permanecer en Japón.
Mientras, en California, la familia de Iva como tantos miles de ciudadanos de ascendencia japonesa, fueron enviados a un campo de concentración, camino del cual falleció su propia madre.
Por su parte, Iva también era tratada por las autoridades japonesas casi como una enemiga, debido a su nacionalidad estadounidense. En Japón encarcelaron a muchos extranjeros residentes en ese país, pero Iva se libró debido a su ascendencia japonesa. Pese a todo la miraban con recelo. Hay que decir que Iva apenas sabía hablar japonés.
Por esta época tuvo varios empleos. Mientras trabajaba de mecanógrafa para una agencia de noticias, conoció al Mayor Charles Cousens, un prisionero de guerra australiano capturado en Singapur y obligado a trabajar en Radio Tokio.
Se trataba de una forma novedosa de guerra psicológica. Radio Tokio era una emisora que orientaba sus potentes antenas hacia el Pacífico con el objetivo de que fuera escuchada por los marineros y soldados yanquis que inundaban este escenario bélico. Se trataba de emisiones en inglés, normalmente con la melodiosa voz de chicas norteamericanas de origen japonés y acento californiano, que emitían comentarios subliminales y mordaces acerca de la horrible muerte que les esperaba a los yanquis a manos de los aguerridos soldados japoneses que se atrincheraban en las numerosas islas ocupadas por Japón en el Pacífico.
Cousens le pidió a Iva Toguri que trabajara con ellos en esta emisora, donde se encargaría de escribir los guiones para ser emitidos a las tropas aliadas en el Pacífico.
Poco después, las autoridades japonesas de Radio Tokio, le pidieron a Cousens que preparara a una locutora para un programa musical que se llamaría Hora Cero. De esta manera Iva pasó a estar delante del micrófono.
El programa comenzó a emitirse a mediados de 1943. Hay que decir que el apodo de Iva Toguri nunca fue la Rosa de Tokio sino la Huérfana Ana (Orphan Ann). Lo de la Rosa de Tokio fue el apelativo que le pusieron los soldados yanquis del Pacífico. En realidad en toda esta historia no es fácil distinguir la realidad de las manipulaciones o invenciones, pues hubo varias locutoras nacidas en EEUU que trabajaron para Radio Tokio igual que Iva. Sin embargo a diferencia de las otras chicas, Iva Toguri no quiso renunciar a la nacionalidad estadounidense, tal y como le ofrecieron las autoridades japonesas, y esto la convirtió en el blanco perfecto para ser acusada de "traición a la patria" una vez acabada la guerra.
El caso es que, tras la rendición incondicional de Japón y el fin del conflicto, se inició una verdadera caza de brujas para descubrir y capturar a la Rosa de Tokio. Iva Toguri fue arrestada en Yokohama el 5 de septiembre de 1945. Los fascistas yanquis enseguida se ensañaron con ella, pues la consideraban una traidora. Pero mira por donde, resulta que no encontraron ninguna prueba en su contra y tuvieron que archivar el asunto.
Sin embargo los fachas no se dieron por vencidos y comenzaron a protestar bramando desde los medios de comunicación, sobre todo a raíz de que Iva anunció su intención de regresar a vivir a EEUU. De manera que en 1948 Iva Toguri volvió a ser arrestada, y trasladada a San Francisco, donde la juzgaron en 1949. Según avanzaba el juicio, fue ganándose claramente a la opinión publica. Ella argumentaba que durante su trabajo en Radio Tokio había efectuado un sutil sabotaje a los planes japoneses. Charles Cousens y sus compañeros prisioneros de guerra también declararon a su favor. Sin embargo las autoridades estaban decididos a condenarla como fuera.
La sentencia final fue que era inocente en siete de los cargos y culpable en uno, por "hablar delante de un micrófono sobre acciones relacionadas con el hundimiento de barcos estadounidenses". La condenaron a diez años de carcel de los que cumpló seis, en la Prisión Federal de Alderson, en West Virginia. Fue liberada el 28 de enero de 1956 y deportada a Japón, donde se reunió con su esposo.
La injusticia no se reparó hasta que a mediados de los años setenta unos periodistas del Chicago Tribune que investigaron el asunto, descubrieron que los acusadores habías sido coaccionados para hacer acusaciones sin fundamento. En 1977, el Presidente Gerald Ford perdonó de manera incondicional a Iva Toguri y le pidió excusas en nombre de la nación, manifestando que estaba convencido de que fue falsamente acusada y condenada.
Escuchando Bless The Child, Nightwish
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