Judy Garland, en algún lugar sobre el arco iris...

4 de junio de 2008


Judy Garland (1922-1969)

Pocas personalidades de Hollywood encarnaron, como ella, la exuberancia artística en continua lucha contra la adversidad personal. Frances Ethel Gumm, para siempre Judy Garland, nació en 1922 en Grand Rapids (Minnesota), y murió en 1969 en Londres, con sólo 47 años. Da vértigo todo lo que pudo hacer en tan poco tiempo, y desde tan jóven: hija de artistas (born in a trunk, como cantaba en Ha nacido una estrella), a los 3 años ya actuaba con sus padres, y a los 6 cantaba y bailaba con sus dos hermanas mayores en un trío llamado The Gumm Sisters.

En el mundo del espectáculo anglosajón, decir Judy Garland es decir leyenda. Si en nuestro país no lo fue se debe a que sus mejores películas (a excepción de El Mago de Oz, claro) tardaron bastante años en España, y casi todas ellas vía televisiva, desde Cita en St. Louis a la culminante Ha nacido una estrella. Tan increíble ausencia, se debía a la poca confianza que el cine musical americano merecía a los distribuidores españoles. Por esta razón, la gran Judy Garland sólo es recordada aquí como la niña que visitó el País de Oz, la jovencita romántica que acompañaba a Mickey Rooney en la serie de Andy Hardy (Andrés Harvey por estos lares...) y, por supuesto, la madre de Liza Minnelli.

A mediados de los años 30, su madre se la llevó a Hollywood para participar en varias pruebas cinematográficas, y pronto quedaría al decubierto el enorme talento de la jóven Frances Gumm, que por sugerencia del productor y actor George Jessel cambió su nombre por el de Judy Garland. En septiembre de 1935, cuando tenía 13 años, firmó su primer contrato con la Metro Goldwyn Mayer. En esta época la Fox tenía a Shirley Temple, mientras que Deanna Durbin era la niña bonita de la Universal. La Metro se vió obligada a contraatacar, y eligió a Judy Garland. La produjo, en el sentido hollywoodiense del término. Sastres, peluqueros, profesores de canto, baile y dicción cayeron sobre la pequeña Frances. Quizás inspirados por su apellido (Gumm), los estudios la estiraron y la encogieron a su antojo.



Judy Garland en Locuras de estudiantes (1936)
Judy Garland en Locuras de estudiantes (1936), su debut en el cine


Judy Garland en El Mago de Oz (1939)
Judy Garland en El Mago de Oz (1939)



Debutó en 1936 con la agradable comedia deportiva Locuras de estudiantes (Pigskin Parade), y a partir de ahí le hizieron rodar película tras película cuando todavía era una niña, y cuando dejó de serlo la obligaron a seguir en el papel: rodó El Mago de Oz (The Wizard of Oz, 1939) con 16 años, y porque la Temple había rechazado el papel...

La película dirigida por Victor Flemming fue un éxito descomunal, y Judy Garland se convirtió en una estrella mundialmente famosa con su papel de Dorothy, una niña de Kansas que se ve arrastrada por un tornado y llega a un fantástico lugar donde habitan brujas buenas y malas, un espantapájaros que habla, un león cobarde, un hombre de hojalata, etc. A pesar de ir dirigida en principio al público infantil, es considerada una obra de culto por parte de la comunidad gay... Garland, cuya actuación le valió un Oscar especial a la mejor actriz juvenil de ese año, quedaría identificada para siempre con la bella melodía de Somewhere over the rainbow (En algún lugar sobre el arco iris), sin duda una de las canciones más populares de todo el siglo XX y que ha sido versionada infinidad de veces.



Judy Garland y Mickey Rooney en Los hijos de la farándula (1939)
Judy Garland y Mickey Rooney en Los hijos de la farándula (1939)



Judy escapó de Oz, pero siguió encerrada en un Paraíso rosa. Le buscaron un compañero de juegos: Mickey Rooney. Fueron adolescentes eternos, ya fuera en la arcadia del juez Hardy, o jugando a la conquista de Broadway de la mano del gran Busby Berkeley, uno de los coreógrafos más imaginativos que ha habido en el cine musical, en éxitos como Los hijos de la farándula (Babes in arms, 1939), Armonías de juventud (Strike up the band, 1940) o, ya en plena guerra, Babes on Broadway (1941).

Detrás de tanta ligereza, risas continuas y felicidad a raudales, había jornadas esclavistas de 20 horas de trabajo, con píldoras estimulantes al amanecer y somníferos a la caída de la noche. Entre 1939 y 1950, Judy rueda 22 películas: una media de dos por año. La vida no tarda en pasarle factura. A los 20 es una jóven "envejecida" y agotada, que se casa con el músico David Rose y se separa al poco tiempo. En 1942, los estudios le permiten su primera interpretación adulta, en Por mí y por mi chica (For me and my gal) junto al mítico Gene Kelly.

En 1944 conoce a Vincent Minnelli, que le regala (aunque ella bien se lo ganó...) el enorme éxito de Cita en St. Louis (Meet me in St. Louis). Al año siguiente, recién terminada la guerra, ambos contraen matrimonio, y poco después nacería su hija Liza, que con el tiempo se convertiría en una célebre actriz y cantante, ganadora del Oscar por Cabaret (1972)



Judy Garland y Vincent Minnelli en 1951
Judy Garland con su marido Vincent Minnelli en 1951


Judy Garland y James Mason en Ha nacido una estrella (1954)
Judy Garland y James Mason en Ha nacido una estrella (1954)



En 1948, una nueva maravilla minelliana: El Pirata (The Pirate). La estrella tiene celos de su compañero de reparto Gene Kelly, y acuciada por su eterna inseguridad y por problemas de sobrepeso, sufre una crisis de ansiedad durante el rodaje. Los médicos del estudio le recetan la píldora mágica, benzedrina, y la convencen de que ni produce adicción ni tiene efectos secundarios. Entre benzedrina y veronal, rueda en 1948 Desfile de Pascua (Easter Parade), de Charles Walters, con 17 canciones de Irving Berlin. Se repite el éxito de El Pirata, pero cae víctima de una depresión nerviosa y es ingresada en un sanatorio californiano.

Empieza una lista de aplazamientos y anulaciones de contratos. Sus problemas con el estudio saltan a las columnas de chismorreos, y se ve obligada a escribir una carta a sus admiradores para tranquilizarlos. A finales de los 40, la Metro rescinde su contrato, al negarse Judy a interpretar el papel de la mestiza Julie en Magnolia (Show Boat, 1951). Su última película para el estudio será Summer Stock (1950), de Charles Walters.

En 1951 se separa de Minnelli, y la prensa da cuenta de un intento de suicidio. Es su cota más baja: al hacerse pública la noticia, ningún estudio de Hollywood se atreve a contratarla. Apartada del cine, comienza entonces su portentosa carrera como cantante, con una escalada de recitales que la convertirán en un monstruo sagrado. Graba disco tras disco en la Capitol y se presenta en el Palace Theatre de Nueva York, que reabre sus puertas para la ocasión: Judy at the Palace enloquece a público y crítica y el espectáculo permanece 21 semanas en cartel. Su nuevo marido, el agente Sidney Luft, con el que se casa en 1952, le consigue una serie de emisiones televisivas y radiofónicas.

A raiz del éxito de su retorno, las puertas de Hollywood vuelven a abrírsele. Luft convence a la Warner para rodar con ella un remake de Ha nacido una estrella, melodrama protagonizado por Janet Gaynor y Fredric March en 1937 que trata de las relaciones entre un maduro actor en decadencia y una estrella ascendente. George Cukor dirige la nueva versión en 1954, con James Mason acompañando a Garland, y el resultado es una verdadera obra maestra, para muchos la mejor película de la actriz. Lamentablemente Grace Kelly le "roba" el Oscar por la olvidada La angustia de vivir (The country girl).



Judy Garland en Vencedores o vencidos (1961)
Judy Garland en Vencedores o vencidos (1961)


Judy Garland y Liza Minnelli en 1963
Judy Garland con su hija Liza Minnelli en 1963



Despechada, sigue adelante con sus recitales, y alcanza la perfeccción absoluta de su arte en el mítico Judy at the Carnegie, en 1961. El doble album del concierto recibe cinco premios Grammy y vende más de dos millones de copias. En la temporada 1963-64 consigue su propio programa en la CBS, El Show de Judy Garland, un clásico en su género, pero que se hunde en los ratings por la competencia con Bonanza, serie que emite la NBC a la misma hora. Pese a su indudable calidad, el programa fue cancelado tras 22 semanas en antena, un fracaso que resultó emocionalmente devastador para Garland.

En la decada de los 60 alterna sus recitales con tres impresionantes trabajos en el cine. Cambia radicalmente de registro para encarnar a una envejecida matrona en Vencedores o vencidos (Judgment at Nuremberg, 1961), la cinta de Stanley Kramer sobre los juicios de Nuremberg que le vale una nominación secundaria al Oscar, ganado (esta vez muy merecidamente) por Rita Moreno con West Side Story. Dos años después, a las ordenes de John Cassavettes, rueda Angeles sin paraíso (A child is waiting), conmovedora elegía sobre el mundo de los niños con retraso mental, que por su absoluta ausencia de sentimentalismo resulta un previsible fracaso en taquilla. Finalmente, en Londres, y aprovechando el "Culto Garland", protagoniza Podría seguir cantando (I could go on singing, 1963), su despedida del mundo del cine.



Judy Garland
Judy Garland en 1966


Judy Garland
Judy Garland en una de sus últimas actuaciones



Sus últimos años fueron de progresiva decadencia. Mientras su carrera profesional se iba difuminando, su vida personal continuaba llena de problemas derivados de su inestabilidad emocional y su adicción a las drogas y el alcohol. Además tuvo que pelear amargamente por la custodia de los dos hijos habidos en su matrimonio con Sidney Luft. En 1965 se casa con Mark Herron, del que se separa a los seis meses.

En marzo de 1969 dio en la ciudad danesa de Copenhague el que sería su último concierto. El 22 de junio de ese año, dos semanas después de su 47 cumpleaños, es encontrada muerta en el baño de su apartamento en Londres por su quinto y último marido, Mickey Deans, con el que se había casado tres meses antes. La autopsia reveló una sobredósis de somníferos, aunque otras versiones aseguran que murió de anorexia, complicada con un fatal proceso hepático. 22.000 personas se congregaron para despedirla en su funeral, en la que ha pasado a la historia como la primera gran manifestación gay norteamericana, debido a que Judy era un ícono de este colectivo. Fue enterrada en el cementerio de Ferncliff, en Hartsdale, Nueva York.

Muchos cronistas conectaron su muerte y posterior funeral con los disturbios de Stonewall, que se produjeron pocos días más tarde (el 28 de junio) y que marcan el orígen del moderno movimiento de liberación gay. Y es que, según este argumento, la comunidad gay se encontraba especialmente sensible en esas fechas por la desaparición de quien consideraban su gran ídolo.


Tumba de Judy Garland en en cementerio de Ferncliff, Nueva York
Tumba de Judy Garland en el cementerio de Ferncliff, Nueva York



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