¡¡Ya llegaron los Juegos de Beijing!!
9 de agosto de 2008
Por fin dieron comienzo los Juegos Olímpicos de Beijing, y lo hicieron de la mejor manera posible, con una ceremonia preciosa y espectacular que ha asombrado y entusiasmado a todo el mundo. Incluso los medios de comunicación españoles, que llevan semanas haciendo gala de una furiosa animosidad anti-China, también reconocen que ha sido un verdadero éxito y que les ha gustado.
Fueron cuatro horas en las que hubo de todo. Homenajes a la historia y la cultura china, desde los grandes inventos como el papel, la escritura, la brújula o la pólvora, hasta la Ruta de la Seda, pasando por las cometas, el taichi, la Dinastía Ming, la Gran Muralla o los Guerreros de Xian.
Hubo coreografías de masas que dejaron boquiabierto al público por su espectacularidad y absoluta sincronización de movimientos. A mí me encantó el número con los tipos de imprenta móviles, movidos por casi 900 intérpretes que parecían realmente uno sólo. No faltaron tampoco los despliegues de tecnología, como esa gigantesca bola del mundo que surgió del suelo del estadio como alegoría del lema de estos Juegos ("One world, one dream") y que fue recorrida por acróbatas desafiando las leyes de la gravedad.
Luego vino el desfile de los atletas, empezando por Grecia como indica la tradición, y terminando por China, el país organizador. Durante más de dos horas, un total de 204 países se hicieron presentes en el estadio, y todos fueron aplaudidos con entusiamo: Israel y Palestina, Estados Unidos e Iraq, Corea del Norte y del Sur, Honk-Kong, Taiwan, Montenegro, Myanmar... todos fueron bienvenidos y los deportistas pudieron vivir una experiencia única que recordarán el resto de sus vidas.
Precioso el detalle de un niño de nueve años superviviente del terremoto de Sichuan el pasado Mayo, que acompañó al abanderado Yao Ming durante todo el recorrido. El pequeño Lin Hao, que así se llama, nunca olvidará el día de hoy, y nosotros no olvidaremos lo que él representa: la esperanza y la bondad que se abren paso ante las tragedias y el dolor.
La última parte de la ceremonia estuvo dedicada a la parte simbólica. El presidente del Comite Organizador y el Presidente del COI hicieron sendos discuros muy aplaudidos. Luego, el Presidente chino Hu Jintao declaró oficialmente inagurados los Juegos.
La bandera olímpica entró en el estadio transportada por ocho grandes deportistas chinos y luego fue izada mientras sonaba el himno olímpico cantado por niños. Luego vino el turno del juramento olímpico, realizado en nombre de todos los deportistas por la jugadora de tenis de mesa Zhang Yining, y también una juez de gimnasia en nombre de todos los jueces y árbitros.
Y al fin, llegó el momento más esperado. La antorcha olímpica, que entró en el estadio llevada por la leyenda del tiro Xu Haifeng. Luego, otros seis míticos deportistas hicieron los últimos relevos (por cierto, que me encantó ver a Gao Min...) antes de que el fuego sagrado llegara al encargado de encender el pebetero. Y ese no fue otro que el grandísmo Li Ning, el gimnasta que fuera la gran estrella en Los Angeles 84 con tres medallas de oro. Para asombro del mundo entero, Li Ning fue izado con cables y se dio una verdadera "caminata espacial" antes de llegar junto al gigantesco pebetero, que se prendió de forma espectacular.
Un impresionante festival de fuegos artificiales sirvió para poner fin a cuatro horas maravilllosas en la que China mostró al mundo lo mejor de sí misma. Y nosotros pudimos recordar que, desde hace miles de años, las aportaciones chinas a la cultura universal han hecho del mundo un lugar mejor para todos.
Os dejo con unas fotos de este contecimiento tan estupendo y feliz :)
Fueron cuatro horas en las que hubo de todo. Homenajes a la historia y la cultura china, desde los grandes inventos como el papel, la escritura, la brújula o la pólvora, hasta la Ruta de la Seda, pasando por las cometas, el taichi, la Dinastía Ming, la Gran Muralla o los Guerreros de Xian.
Hubo coreografías de masas que dejaron boquiabierto al público por su espectacularidad y absoluta sincronización de movimientos. A mí me encantó el número con los tipos de imprenta móviles, movidos por casi 900 intérpretes que parecían realmente uno sólo. No faltaron tampoco los despliegues de tecnología, como esa gigantesca bola del mundo que surgió del suelo del estadio como alegoría del lema de estos Juegos ("One world, one dream") y que fue recorrida por acróbatas desafiando las leyes de la gravedad.
Luego vino el desfile de los atletas, empezando por Grecia como indica la tradición, y terminando por China, el país organizador. Durante más de dos horas, un total de 204 países se hicieron presentes en el estadio, y todos fueron aplaudidos con entusiamo: Israel y Palestina, Estados Unidos e Iraq, Corea del Norte y del Sur, Honk-Kong, Taiwan, Montenegro, Myanmar... todos fueron bienvenidos y los deportistas pudieron vivir una experiencia única que recordarán el resto de sus vidas.
Precioso el detalle de un niño de nueve años superviviente del terremoto de Sichuan el pasado Mayo, que acompañó al abanderado Yao Ming durante todo el recorrido. El pequeño Lin Hao, que así se llama, nunca olvidará el día de hoy, y nosotros no olvidaremos lo que él representa: la esperanza y la bondad que se abren paso ante las tragedias y el dolor.
El abanderado Yao Ming desfiló junto a un niño superviviente del terremoto de Sichuan
La bandera olímpica llevada por ocho deportistas
La última parte de la ceremonia estuvo dedicada a la parte simbólica. El presidente del Comite Organizador y el Presidente del COI hicieron sendos discuros muy aplaudidos. Luego, el Presidente chino Hu Jintao declaró oficialmente inagurados los Juegos.
La bandera olímpica entró en el estadio transportada por ocho grandes deportistas chinos y luego fue izada mientras sonaba el himno olímpico cantado por niños. Luego vino el turno del juramento olímpico, realizado en nombre de todos los deportistas por la jugadora de tenis de mesa Zhang Yining, y también una juez de gimnasia en nombre de todos los jueces y árbitros.
Y al fin, llegó el momento más esperado. La antorcha olímpica, que entró en el estadio llevada por la leyenda del tiro Xu Haifeng. Luego, otros seis míticos deportistas hicieron los últimos relevos (por cierto, que me encantó ver a Gao Min...) antes de que el fuego sagrado llegara al encargado de encender el pebetero. Y ese no fue otro que el grandísmo Li Ning, el gimnasta que fuera la gran estrella en Los Angeles 84 con tres medallas de oro. Para asombro del mundo entero, Li Ning fue izado con cables y se dio una verdadera "caminata espacial" antes de llegar junto al gigantesco pebetero, que se prendió de forma espectacular.
Un impresionante festival de fuegos artificiales sirvió para poner fin a cuatro horas maravilllosas en la que China mostró al mundo lo mejor de sí misma. Y nosotros pudimos recordar que, desde hace miles de años, las aportaciones chinas a la cultura universal han hecho del mundo un lugar mejor para todos.
Os dejo con unas fotos de este contecimiento tan estupendo y feliz :)
Homenajes a las cultura china tradicional
Espectacular coreografía con tambores
La bola del mundo surcada por acróbatas
El equipo español desfiló con el piragüista David Cal como abanderado
Miembras del equipo español saludando a la televisión
La jugadora de tenis de mesa Zhang Yining realizó el juramento olímpico
Pirotecnia de altos vuelos para terminar
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