La vida es un cabaret...

23 de septiembre de 2007


Bob Fosse (1927-1987)

Aprovecho que se cumplen veinte años de la muerte de Bob Fosse para recordar la figura de este gran coreógrafo y cineasta, responsable de la renovación del género musical allá por los años 70.

Robert Louis Fosse nació el 23 de junio de 1927 en Chicago y era hijo de una bailarina de vodevil. Desde su infancia estuvo vinculado al mundo del espectáculo, primero como bailarín y pronto realizando ya sus primeras coreografías.

Tras pasar un tiempo en la marina, luego estudió interpretación en la American Theatre Wing de Nueva York, y en 1950 pisó por primera vez los escenarios de Broadway haciendo un pequeño papel en la obra Dance Me A Song. Su gran oportunidad le llegó cuando George Abbott lo contrató como coreógrafo en The Pajama Game (1954). Gracias al éxito de esta obra Fosse se convirtió en uno de los coreógrafos más solicitados.


Damn Yankees (1958)

Gwen Verdom en la obra Damn Yankees (1958)



Se casó con la bailarina Gwen Verdon, que sería la estrella principal de casi todos sus montajes. El éxito les sonrió durante años. Obras como Damn Yankees (1955), New Girl In Town (1957), Redhead (1959), Little Me (1962) o Sweet Charity (1966) hicieron de Fosse la personalidad más importante del teatro musical en Estados Unidos. De hecho ya sólo su nombre era capaz de atraer al público, por encima de los propios actores y actrices.

Su relación con Hollywood comenzó haciendo coreografías en las adaptaciones al celuloide de My Sister Eileen (1955), The Pajama Game (1957) o Damm Yankees (1958). Sin embargo no fue hasta 1969 cuando por primera vez pudo tener el control total dirigiendo él mismo la película. Fue precisamente con Sweet Charity, con la que había alcanzado el éxito en los escenarios tres años antes con su mujer Gwen Verdon de protagonista.

Pero como suele ocurrir, para la versión fílmica los productores eligieron a alguien más popular para el gran público, en este caso Shirley MacLaine, una de las actrices más importantes de los años 60, y que repetía el papel de "prostituta de buen corazón" que había hecho años antes en Irma la Dulce (1963) de Billy Wilder. Al final la película fue un fracaso, y en gran parte por culpa del propio Fosse, ya que aunque las constantes de su estilo estaban presentes en los números musicales, la narración no resulta demasiado fluida. Lo mejor es toda la secuencia del The Rich Man's Frug, que es Fosse en estado puro.

Lo cierto es que Fosse aprendió bien la lección. El cine era un medio muy diferente al teatro, y por eso necesitaba recursos nuevos, principalmente a través del montaje (aspecto que hasta entonces se consideraba secundario en el género musical), y de una mayor naturalidad a la hora de combinar números musicales y parte dramática. Para entendernos, el público de los 70 ya no aceptaba a personajes que en medio de un diálogo se ponen a cantar como si fuera lo más normal del mundo...


Cabaret (1972)


Cabaret (1972)



Así que llegamos a 1972, cuando Bob Fosse dirigió uno de los clásicos más importantes de la historia del cine, no solo musical, sino del CINE con mayúsculas: Cabaret.

Cabaret es una obra revolucionaria en muchos sentidos. Primero en sus aspectos temáticos: el ascenso del nazismo, la homosexualidad, el aborto... nada que ver con los típicos líos románticos y de comedia ligera propios del musical clásico. Luego porque no es sólo un musical, ya que las canciones se intercalan en la parte dramática con total naturalidad, hasta el punto de que casi podría pasar por un argumento realista... de hecho todos los numeros transcurren en el escenario del cabaret. Las canciones sirven básicamente como contrapunto satírico a la trama. Y por último en el aspecto formal, desechando el clásico plano-secuencia para jugar con el montaje. Intercalando detalles y planos cortos, el montaje se sincroniza con la música creando efectos novedosos. En cierta manera, anticipa algunos aspectos del video-clip.

En definitiva, la película fue un éxito colosal en todo el mundo. Liza Minelli se hizo famosísima (haciendo olvidar a mamá Garland...), y Bob Fosse hasta se llevó el oscar al mejor director quitándoselo nada menos que al Francis F. Coppola de El Padrino.


Lenny (1974)
Dustin Hoffman en Lenny (1974)



Muchos esperaban que Fosse explotaría el filón abierto por Cabaret, embarcándose en otras producciones de similar estructura. Pero se equivocaron, ya que en 1974 sorprendió con una película no musical y totalmente alejada de su estilo anterior: Lenny.

Tengo que decir que Lenny es una de mis películas favoritas de siempre y la habré visto unas cuatro veces. Rodada en un impecable blanco y negro, está protagonizada por Dustin Hoffman que interpreta al gran humorista Lenny Bruce, un auténtico icono contracultural que en los años 50 y 60 actuaba en los nightclubs de todo el país y que no dejaba títere con cabeza, metiéndose con el gobierno, la religión, el american way of life y todas esas cosas... muchas veces acababa en comisaría, y murió de una sobredosis a los 37 años.

La película es impresionante, con un estilo casi documental y donde Fosse vuelve a demostrar su habilidad con el montaje a la hora de dar fluidez a la narración, logrando evitar los tópicos del biopic al uso. Aunque Cabaret es maravillosa, si tuviera que elegir yo pienso que Lenny es mi película de Fosse favorita. Pese a todo fue un fracaso comercial, bastante previsible conociendo los gustos del público yanqui.


Chicago (1975)
Chita Rivera y Gwen Verdom en la obra Chicago (1975)



Pero junto a su carreera en Hollywwod, Bob Fosse no abandonó ni mucho menos el teatro. En 1972 había conseguido el éxito con Pippin, y en 1975 llegó otro aun mayor con Chicago. El argumento de Chicago estaba basado en la historia real de Belva Gaertner, una cantante de cabaret acusada de matar a su marido en 1924, y que ya había sido motivo para una obra teatral de Maurine Watkins e incluso una película con Ginger Rogers.

Fosse, junto a sus habituales colaboradores John Kander y Fred Ebb, eloboraron un libreto lleno de mala uva y crítica social (al sistema judicial, a los medios de comunicación, a la opinión pública, etc). El resultado fue una obra divertida, chispeante y atrevida que tuvo mucho éxito, pese a tener que competir en el tiempo con A Chorus Line. Aunque Fosse intentaría varias veces llevarla al cine, finalmente tuvo que desistir, centrándose en otros proyectos. Hubo que esperar a 2002 para que Chicago llegara a las pantallas de cine, de la mano de Rob Marshall, y convirtiéndose, como sabemos, en una de las grandes películas de los últimos años.


All That Jazz (1979)

All That Jazz (1979)
All That Jazz (1979)



Volviendo a Bob Fosse, su cuarta película fue All That Jazz (1979), sin duda su obra más personal, hasta el punto de que en buena parte es autobiográfica, y que ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes. El actor protagonista Roy Scheider viene a ser un alter ego de Fosse, e interpreta a un coreógrafo de éxito que a punto de morir, repasa su propia vida. Lo mejor son los numeros musicales oníricos e incluso alucinógenos, que incluyen a Jessica Lange como la muerte...


Star 80 (1982)
Star 80 (1982)



Su última incursión en el cine fue en 1983 con Star 80, que retomaba la línea de Lenny, aunque con mucha menos inspiración... También está basada en una tragedia real bastante escabrosa: el asesinato de la playmate de 1980 Dorothy Stratten a manos de su novio. A mí me gusta la película, pero hubiera quedado mucho mejor con otra protagonista, ya que no me parece que Mariel Hemingway haya sido nunca una buena actriz, la verdad...

Bueno, pues esta fue la última incursión de Bob Fosse en el cine. A partir de ahí siguió trabajando en el teatro, aunque ya muy lejos de su antiguo esplendor, en una época en la que Broadway ya solo tenía ojos para los megaéxitos de Andrew Lloyd Weber (Cats, Evita, etc).

Bob Fosse encontró la muerte en Washington DF el 23 de septiembre de 1987 de un ataque al corazón, durante la gira de reposición de Sweet Charity. Ya había tenido problemas de salud antes y parece que fumaba unos cuatro paquetes de cigarrillos al día... Se marchaba así uno de los mejores coreógrafos de todos los tiempos, que introdujo elementos novedosos en las composiones escenográficas (en la forma de disponer los grupos de bailarines, uso de sombreros y guantes, cruces de tobillos, golpes de cadera, posturas inclinadas, etc), en la temática (argumentos de caracter trágico o pesimista), y en el ambito cinematográfico (sobre todo en el montaje).

Una de sus frases célebres es: “Vive como si fueras a morir mañana, trabaja como si no necesitaras el dinero, baila como si nadie estuviera mirando”


Bob Fosse



Enlaces:

  • Bob Fosse (danzaballet.com)
  • Bob Fosse y Chicago

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