La homosexualidad en el cine español

23 de mayo de 2005


El cine español ha seguido una trayectoria diferente a la de otros países europeos debido, fundamentalmente, a los acontecimientos políticos y sociales que se desencadenaron en el país a lo largo del siglo XX y que lo desviaron de una evolución semejante en su camino hacia la sociedad contemporánea.

En sus inicios tiene especial importancia la creación en 1928 de la Oficina Católica Internacional del Cinematógrafo (OCIO), que desde ese momento va a hacer suyo el particular enfoque de la Iglesia Católica en el ámbito de la imagen animada, sobre todo en su vertiente moral; sin embargo, será en los años treinta cuando la OCIC adquiera todo su empuje, sobretodo con la aparición de Filmor, Servicio cinematográfico de la Confederación de Padres de Familia, que ve la luz pública por vez primera el 20 de junio de 1935, durante el gobierno derechista de la CEDA.

La representación de la homosexualidad en nuestra cinematografía es relativamente reciente, sin duda debido al peso de una dictadura que veía un peligro moral y social detrás de toda sexualidad ejercida al margen de la institución del matrimonio. En un contexto legal en el que una simple relación homosexual podía constituir un delito, una película sobre la misma podía ser considerada sin problemas apología del delito.

La homosexualidad empezó a mostrarse tímidamente con forma y luz propias a principios de los años 60 por las pantallas de España y lo hizo con un musical: "Diferente" (1961), de Luis María Delgado, semioculto por un drama edípico. Desde entonces la representación de lo homosexual ha dado un salto enorme.


Ocaña Retrato Intermitente (1978)

El proceso de normalización democrática que vivió España a partir de 1977, el final de la censura y el constante interés de la sociedad española por enterrar los restos del franquismo tuvieron como consecuencia la libertad creadora, que se manifestó en el cine con propuestas muy diferentes. El cine español, como es lógico, ha evolucionado enormemente desde el fin de la dictadura hasta nuestros días. Y también ha evolucionado en el tema de la homosexualidad y en como se mira a esta desde el séptimo arte. La homosexualidad, si aparecía durante la dictadura, era para ser degrada. El gay era motivo de escarnio, burla, ridiculización y marginación.

Desde la muerte de Franco hasta la apertura democrática, el cine continuó bajo la censura, por lo que películas como "La acera de enfrente" (1976) de Eloy de la Iglesia pasó a llamarse Los placeres ocultos para ser es desestimada en su totalidad por el aparato censor.

A partir de la transición comienzan a dispararse los títulos que tratan el tema de la opción sexual. Títulos como: "La muerte de Mikel", de Imanol Uribe; El "Informe sobre el FAGC" u "Ocaña, retrat intermitent", de Ventura Pons... Éstas son películas en que la homosexualidad es vista desde diversos prismas, pero lo que tiene en común es que el trato ya no es degradante.

Es una primera época hay un movimiento de reivindicación, de indagación en la identidad gay, en la que se representan muchos de los tipos posibles de personaje gay, desde la loca, más elaborada y mucho más combativa socialmente, de "Gay Club" (1980), pasando por el travestido de "Un hombre llamado Flor de Otoño" (1978) y de La muerte de Mikel (1983), el joven adolescente con conflicto de identidad como Juanito en "El diputado" (1978) y, por supuesto y sobre todo, con la figura inédita hasta ese momento del homosexual viril, e incluso apuesto, encarnado por Simón Andreu en "Los placeres ocultos" (1976), primera película que responde a este modo de representación, o por Imanol Arias en "La muerte de Mikel" (1983), última película que se puede considerar como perteneciente a esta modalidad.


El diputado (1978)

En este tipo de películas, el homosexual presenta una serie de características comunes, ya que es representada su vulnerabilidad y el conflicto entre sus dimensiones individual y social, entre el homosexual y el universo no homosexual, además de establecer una relación directa entre la resolución de este conflicto (independientemente de si ésta es positiva o negativa) y la resolución final de la trama. También se perfila la figura del homosexual honesto y, sobre todo, viril, mostrándolo como un hombre como cualquier otro que se enamora de otro hombre.

Se ajustan a esta época reivindicativa películas como: "Los placeres ocultos" (1976) de Eloy de la Iglesia, "A un Dios desconocido" (1977) de Jaime Chávarri, "Un hombre llamado Flor de Otoño" (1978) de Pedro Olea, Ocaña, retrat intermitent (1978) de Ventura Pons

A partir de 1985 se hacen películas donde la homosexualidad sigue siendo elemento importante en la construcción de los personajes pero abandona el centro temático de las historias, muchas de las cuales seguirían manteniendo su estructura aunque eliminásemos la cuestión homosexual de la trama. Tienen un precedente importante en Laberinto de pasiones (1982) de Pedro Almodóvar, pero se inician realmente con otro título del director manchego: La ley del deseo (1987). Estas películas se definen por aprovechar el potencial del homosexual para crear situaciones originales o simplemente para jugar, ya sea de forma humorística o dram´tica, con la expectativa. Son películas como "Tras el cristal" (1986) de Agustín Villaronga, "Las cosas del querer" (1989) y "Las cosas del querer 2" (1995) de Jaime Chavarri

Posiblemente la característica más destacable del cine español que aborda la homosexualidad es el respeto que manifiesta hacia la sensibilidad no homosexual. La filmografía gay acentúa los puntos en común y atenúa, en lo posible, las diferencias, lo que explica la escasa representación en nuestro cine de cuestiones como los modos de relación, la estructura social y la cotidianeidad del colectivo gay que sí se representan en otras cinematografías. Salvo excepciones, las españolas son, hablando de formas de representar la sexualidad como experiencia humana, películas para todos los públicos.


La ley del deseo (1987)

Los directores más conocidos dentro de la filmografía gay española son Ventura Pons, Pedro Almodóvar y Eloy de la Iglesia.

Las películas de Eloy de la Iglesia, aunque muy discutibles desde muchos puntos de vista, representan la primera representación extendida de los hombres homosexuales en el cine Español, en los años sesenta hasta los años ochenta.

De la Iglesia puso la homosexualidad en un contexto, intentó explorar otros sujetos relacionados a la homosexualidad, como la clase, la edad, y otros y en sus películas también muestra una exploración compleja y explicita de las relaciones entre la homosexualidad, el Marxismo, y el separatismo. Algunas de sus obras son; "El pico", "Los placeres ocultos" (1976), El diputado (1978). De la Iglesia representa el arreglo entre los cambios que seguirían la muerte de Franco y establecería un ejemplo para otros directores españoles, como Pedro Almodóvar.

Las películas de Pons (homosexual declarado) tienen un claro tono subversivo en el sentido reivindicativo de la libre sexualidad. Ventura incorpora la subjetividad homosexual, sin dejar de hablar de temas universales, para hablar de temas gays desde un planteamiento más reivindicativo y militante, y más centrado en la homosexualidad. Ventura Pons manifiesta más tendencia a establecer estas identidades por opción sexual sobre todo en sus últimas películas. Lo que hace el director catalán es utilizar el discurso crítico con la sociedad para colocar la homosexualidad en la realidad histórica a fuerza de reivindicar su marginación como forma de rebeldía contra la norma sexual. Pons es uno de los directores más comprometidos y avanzado en el cine de temática homosexual.

En cambio, en los filmes de Almodóvar la homosexualidad aparece como una cosa perfectamente asumida, y no en conflicto con uno mismo ni con la sociedad, como hace Pons. Almodóvar incorpora la perspectiva gay para hablar de temas universales: amor, pasión, la culpa, la desesperación en situaciones límite, el desarraigo, la búsqueda de los orígenes, la emigración como la huida de un ambiente emocional irrespirable... Tiene otros intereses que no son la reivindicación, y que consisten en mostrar las relaciones sentimentales, las pasiones y donde el tema homosexual es secundario pero presente. Almodóvar reivindica más el lado femenino del hombre que la homosexualidad. Siempre ha puesto las mujeres en el centro de sus películas, y a veces ha sido acusado de misoginia. También es considerado la figura que representa la España actual.

Sin embargo, la mayoría de películas gay españolas tratan la homosexualidad masculina, dejando a la femenina un poco de lado. En este punto, el lesbianismo está a tanta distancia de los "gays" como las mujeres de los hombres en el conjunto de la sociedad. Por ejemplo, en "El periscopio", José Ramón Larraz, (1978), trata la homosexualidad femenina desde una perspectiva muy superficial. Las protagonistas son dos enfermeras lesbianas, cuyos encuentros son espiados por un adolescente que utiliza un periscopio para observarlas. El planteamiento de la película no es la reivindicación de la homosexualidad como un derecho a conquistar por la mujer, sino la presentación de dos mujeres en actitudes eróticas que son observadas por un adolescente. Una vez más, el objetivo que se busca es la presentación de una fantasía erótica.

Pero sí se han realizado películas que tratan bien el lesbianismo. Desde un punto de vista cómica tenemos A mi madre le gustan las mujeres (2002), una película con un enfoque del tema discreto, divertido y tolerante.

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