King Kong ecológico
17 de mayo de 2005
Está previsto que en Diciembre de este año se estrene en EEUU la nueva versión de King Kong realizada por el neozelandés Peter Jackson, con Naomi Watts y Adrien Brody de protagonistas. Casi todo el mundo ha visto el King Kong de la RKO (1933), y es con toda seguridad un clasico inolvidable que ha entusiasmado a un montón de generaciones.
En 1976 se hizo un remake de King Kong, en uno de los extraños proyectos del productor Dino de Laurentis, con Jessica Lange y Jeff Bridges de protagonistas. La película fue un completo fracaso de público y tambien un desastre para los críticos. Sin embargo me parece bastante exagerado porque a mi siempre me ha gustado ver a Jessica Lange agarrada por el simio gigante, y hay que reconocer que el monstruo está mejor hecho que el de 1933, aunque el conjunto tenga menos encanto. He encontrado este interesante artículo que reivindica el King Kong de 1976, estableciendo paralelismos con el de 1933, y además introduce un aspecto en el que que yo nunca había pensado: su sensibilidad ecologista. Un motivo más para defender a esta película maldita.
KING KONG ECOLOGICO
En 1976 se estrenó una superproducción de Dino De Laurentis: el colorido remake de uno de los grandes clásicos de Hollywood: KING KONG. Esta millonaria película fue un fracaso en las taquillas y la crítica, quienes la calificaron como un mamotreto que no le llegaba ni a los talones al clásico fantástico de 1933. Hasta Jessica Lange, su protagonista, se arrepintió haber hecho en ella su debut en la pantalla grande.
Si comparamos este remake con su original notaremos que el primer KING KONG tenía un "algo" que dotaba al film de una atmósfera casi onírica: era la historia de la Bella y la Bestia, aunque con un final trágico. Por otra parte estaban las animaciones "stop-motion" de Willis O'Brien, que nos fascina aún hoy, en la época de las animaciones computarizadas.
Sin embargo, viéndose en retrospectiva, la versión de 1976 tiene un mérito que su predecesora nunca exploró y que aún hoy está "de moda": LA ECOLOGIA. Comparando una película con la otra saldrá a luz esta tan poco considerada virtud del film de De Laurentiis.
LA EXPEDICION
Para empezar está el motivo del viaje a la isla de Kong; ya no se trata de una compañía cinematográfica con deseos de filmar una exótica aventura sino de la empresa petrolera Petrox, cuyo principal accionista Fred Wilson (Charles Grodin) dirige un viaje secreto de exploración a una desconocida isla del Pacífico que tiene indicios de almacenar grandes cantidades de oro negro. Así, los expedicionarios no van por motivos artísticos sino por motivos de lucro. El viaje resulta un fracaso, pues el único "petróleo" de la isla es una especia sustancia negra, que será un buen combustible «... cuando la madre naturaleza acabe de "cocinarlo" [...] en diez mil años». Una venganza de la madre naturaleza hacia esta expedición "maldita".
EL VILLANO
En esta ocasión, la expedición ya no es dirigida por el carismático Carl Denham sino por el ambicioso e hipócrita Fred Wilson («... hay una crisis mundial de energéticos que exige que nos olvidemos de nuestros intereses particulares...»), a quien no le interesa estar llegando a un bello territorio inexplorado, habitado por hombres primitivos y por criaturas antediluvianas: su único interés está en monopolizar para Petrox todo el petróleo que hay en la isla («Es Ud. un maldito bastardo, solo le interesan su acciones petroleras»). No tiene escrúpulos para ordenar aniquilar a Kong si estorba en la empresa («... ni un destructor de la ecología como Ud. se atrevería a destruir a un espécimen único»). Solo al ver que Kong es la única buena inversión de la expedición decide cazarlo y exhibirlo como propaganda para Petrox. Wilson acabará muriendo durante la exhibición de King Kong en Nueva York, aplastado justamente por la criatura a quien arrancó de su habitat solo para enriquecerse.
EL HÉROE
Un personaje capital en el film es el joven profesor Jack Prescott (Jeff Bridges), quien sustituye al contramaestre Jack Driscoll de 1933. Pese a ser paleontólogo de simios de Princeton, Jack tiene un aspecto "hippie", así como un interés por la extraña fauna de la isla por explorar. Habiendo descubierto la expedición secreta organizada por Petrox, Jack se mete de polizón en el barco durante una parada en Surabaya (Indonesia). Enfrentado con Wilson, salen a relucir dos caracteres opuestos: el ecologista amante de la naturaleza y el anti-ecologista amante del dinero. Es el único en renunciar a sus ganancias con el "negocio" de King Kong. Sin embargo, es realista: si bien manifiesta su desaprobación de la captura de Kong para exhibirle en la civilización, admite la necesidad de sacrificar a Kong cuando el simio hace peligrar el viaje de vuelta. Después del escape del gorila gigante, Jack cooperará con las autoridades para capturarlo vivo y sin lastimarlo, aunque al final es engañado por el Ejército. Y, a diferencia del Jack Driscoll clásico, Jack Prescott ve aniquilación de Kong como una gran tragedia, hasta el punto de decidir abandonar al amor de su vida.
LA HEROINA
A diferencia de su homóloga Ann Darrow de los años treinta, aquí Dwan (Jessica Lange) es sobreviviente única de un naufragio que es recogida por el barco de Petrox y acompaña a todos en la expedición a la "petrolera" isla. Tras su rescate, se siente identificada con los puntos de vista de Jack, en lo referente a la contemplación de la naturaleza, lo que provoca el inevitable romance entre ambos. Al ser capturada por Kong, su primera reacción es horror, aunque se da cuenta que, poco a poco, está "domando" al gigantesco gorila. Tras su captura, vemos que comparte las dudas de Jack acerca de arrancar a Kong de su bella isla («... podría caer una maldición sobre nosotros»). Se arriesga a salvar a Kong cuando está por ser ejecutado, en el viaje de regreso (viaje obviado en la versión clásica). Y al ser ametrallado en lo alto de un rascacielo, ella grita e intenta salvar al "animalito" por quien había cogido un gran cariño. En la conmovedora escena de la agonía, es su rostro bañado en lágrimas lo último que ve el moribundo simio. ¡Qué diferencia con Ann Darrow, que se alivió con la muerte del "monstruo"!
LA ISLA
La misteriosa isla habitada por Kong es, quizás, el único punto en contra del presente remake, al compararlo con su original. En 1933 era la Isla de la Calavera, habitada por criaturas prehistóricas, casi todas reptiles (excelentes animaciones stop-motion); en 1976, Jack da a entender que la isla ya había pisada previamente por navíos que la hallaron casualmente: cita testimonios antiguos que la describen habitadas por "monstruos gigantes", pero Kong parece el único habitante, salvo la breve aparición de una poco convincente serpiente gigante. Los ceremoniosos nativos del film clásico, en el remake se convierten en simples salvajes lujuriosos. Al final, Jack da una pista del destino de esta isla y sus habitantes, cuyo equilibrio ecológico ha sido dañado por la codiciosa civilización: «... Lo echarán de menos [...] Kong era el terror y misterio de sus vidas, y la magia [...] Dentro de un año, esa isla estará habitada por nativos ebrios. Trayéndonos a Kong, nos hemos llevado a su dios».
KING KONG
He dejado para el final a King Kong, llamado en su película original "la octava maravilla del mundo". Al igual que los dinosaurios de la Isla de la Calavera, Kong también fue una animación stop-motion, salvo escenas donde se mostraba una mano o una cabeza gigantes. Pero para su remake se optó por algo diferente: el actor Rick Baker estaría en un disfraz de gorila en medio de diminutos escenarios. Salvo dos brevísimas escenas que muestran a un gorila gigante artificial (el escape y el final), todo consistió en combinar a los personajes con tomas agrandadas de Rick Baker disfrazado. Pero hay más diferencias con el Kong clásico. Cuando los exploradores cruzan el puente, Kong les ataca porque ellos le dispararon primero. La matanza de los nativos fue anulada en esta nueva versión (nada justificará ahora a sus captores). El que parezca la única criatura de su selva acentúa esa soledad que vemos... soledad que llegamos a compartir en su viaje hacia la civilización (algo que no pasaba en el film clásico).
El modo como es exhibido ante los neoyorquinos es más patético que la pose "crucificada" de 1933: aquí es realmente un triste prisionero con corona (evidente burla a quienes sostienen que los animales del zoo están mejor enjaulados que en libertad). Al escapar, busca algo que le recuerde el hogar del que fue arrebatado: lo encuentra en las hoy desaparecidas Torres Gemelas de Nueva York, adonde trepará para huir de los ejércitos del hombre civilizado. Es atacado primero por soldados con lanzallamas y luego por helicópteros armados (de aspecto más mortífero y hostil que los aviones militares de 1933) en una secuencia gore que la censura de los años treinta no permitió en el original. Kong inspira nuestra lástima casi desde el inicio de la secuencia, a diferencia de su predecesor, quien solo nos daba pena en la brevísima escena en la que lanzaba una triste mirada al auditorio. Ahora Kong da rugidos de dolor mientras su sangre salta a borbotones. Dwan, que trata de acercársele, es noblemente rechazada por la malherida bestia, que no desea que las balas también la alcancen a ella. Su dramático final, con los cada vez más lentos latidos de su corazón, inspiran la compasión del espectador más insensible. El público está con él.
KING KONG de 1976 es un film que, estoy seguro, tuvo un visto bueno de aprobación de entidades defensoras de la ecología, la flora y fauna y otras (p.e. la Sociedad Protectora de Animales), pues era una crítica al mundo moderno que, cada vez más, conduce a la extinción a más animales y elimina más áreas verdes de nuestro planeta, todo en nombre de la civilización. Y además, es un excelente alegato contra la crueldad contra los animales, mejor que cualquier documental sentimentalón.
Y solo hoy, cuando la conciencia ecológica del mundo se está despertando, el KING KONG de Dino De Laurentiis está siendo revalorizado. Tal vez se reestrene con escenas suprimidas para su estreno oficial ("director's cut"). Quizás se haga una nueva versión con un Kong animado por computadora. Como sea, el KING KONG ecológico vuelve a rugir.
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