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Cine Social: Yo, Viernes (1975)

18 de diciembre de 2007


Viernes y Robinson Crusoe

"En las últimas décadas, el encuentro entre Robinson y Viernes
ha adquirido una importancia que Daniel Defoe estuvo
muy lejos de poder sospechar"


Michel Tournier (The Wind Spirit, 1977)



James Joyce vio en Robinson Crusoe el prototipo del colonialista británico. El naúfrago considera desde el principio que la isla es de su propiedad, y no duda en declararse "amo" de su compañero Viernes. Al final de la novela, envía a un grupo de muchachas indígenas como "regalo" a sus sucesores en la isla, para que les sirvan como criadas o como esposas (que para el caso...).

Robinson Crusoe es, desde luego, un puritano magnífico. En los 28 años que pasa en la isla, no piensa ni una sola vez en el sexo, no parece sentir el menor deseo, ni siquiera de masturbarse. Su única lectura es un ejemplar de la Biblia, que logró conservar con él durante el naufragio "gracias a la Providencia". Es un personaje arrogante, cruel, y por supuesto, racista, probablemente igual que su creador, Daniel Defoe.

Por su parte, Viernes es el símbolo de los pueblos sometidos. Es EL OTRO. Es inferior, inculto, salvaje... y por lo tanto debe rendir vasallaje, ser sometido, tutelado, explotado.


Robinson Crusoe (1954)
Robinson Crusoe (Luis Buñuel, 1954)



Dicen que Robinson Crusoe es el segundo libro más leído después de la Biblia. También ha sido adaptado numerosas veces en el cine y la televisión, aunque por lo general con resultados discretos. La mayoría de los entendidos consideran que la mejor versión fílmica fue la dirigida por Luis Buñuel para la United Artists, rodada en México y con Dan O'Herlihy como protagonista, que incluso fue nominado al Oscar por su gran interpretación.

Pero hay otra película de hace bastantes años y hoy casi olvidada, que se titula Yo, viernes (Man Friday, 1975) que ofrece una visión muy diferente del mito, pues nos cuenta la historia precisamente desde la perspectiva de Viernes, ese Otro que en la novela original aparece casi sin personalidad propia.


Yo, Viernes (Man Friday, 1975)
Cartel de Yo, Viernes (1975)



En realidad Yo, viernes no está basada directamente en el Robinson Crusoe de Daniel Defoe, sino en la obra teatral Man Friday escrita por Adrian Mitchell en 1972. Adrian Mitchell es un poeta y dramaturgo británico conocido por sus ideas progresistas y su compromiso social, con lo que sus intenciones aparecen más claras. La película pretende justamente eso: deconstruir y subvertir el mito de Robinson Crusoe. Este pasa a ser ahora EL OTRO, el forastero, cuyos valores resultan incomprensibles y ridículos para Viernes.

Vi está película hace algunos años en televisión, y me pareció terriblemente curiosa, ya que da la vuelta a la epopeya burguesa de la novela, para convertirla en una ácida crítica social. Está protagonizada por un Peter O'Toole más desquiciado de lo habitual, y por Richard Roundtree, icono blaxploitation muy popular en los años 70 gracias a su personaje de Shaft (1971).

Hay que decir que es una película con importantes defectos, y que deja bastante que desear en cuanto a dirección, ritmo, etc, pero aun así me pareció inteligente y muy estimulante. Porque si Robinson Crusoe es un explotador y un racista, nada mejor para desenmascararlo que una buena dosis de marxismo, y al menos tal como yo lo veo, esta es una película marxista...

Nadie puede creerse que a lo largo de tantos años de convivencia, Viernes acepte pasivamente el rol de criado/esclavo diseñado para él por Crusoe (el hombre blanco), en esa "pequeña y bien ordenada Inglaterra" en la que ha convertido una isla tropical. La convivencia entre ambos debió ser más complicada, teniendo en cuenta sus enormes diferecias culturales y de todo tipo. Se quiera o no, el día a día acabaría por provocar conflictos. Sin embargo, en la novela original apenas se habla de ello.


Isla de Robinson Crusoe
Isla de Robinson Crusoe



En realidad, la historia de Robinson Crusoe y Viernes es la historia de la propia humanidad, o lo que es lo mismo las relaciones entre capital y trabajo: la lucha de clases. Primero la acumulacion primitiva del capital (Robinson y sus "pertenencias", que nadie sabe quien se las ha dado, pero él dice que son suyas), luego la proletarizacion de Viernes, representante de la otra clase social cuya mano de obra resulta imprescindible, y por último el inevitable enfrentamiento entre ambos, que lleva a la utilización de diferentes formas de control por parte de la clase dominante: la religión, la democracia inocua (es decir, protegida por las armas en manos de la clase dominante), y en último término la fuerza bruta, que es un método igual que los anteriores pero sin hipócritas mentiras.

Robinson Crusoe es un ser narcisista, histérico, cruel, estrecho de miras y sexualmente reprimido, incapaz de sentir compasión o bondad. Por contra, Viernes es generoso, amable y alegre, una persona que ríe y disfruta de los pequeños placeres de la vida. Conceptos como la competencia, la propiedad privada o la religión cristiana le resultan absurdos.

En la película tenemos críticas a la represión sexual que caracteriza al cristianismo, en contraposición con las actitudes naturales y mentalmente sanas ante la sexualidad. Un día Viernes descubre sorprendido que Crusoe se está flagelando por haber tenido un sueño erótico esa noche. Cuando éste intenta explicarle a Viernes qué Dios está enfadado con él, el nativo inocentemente responde: "Dios no le habría enviado un sueño erótico si estuviera enojado con usted". El Dios de Crusoe le parece vengativo y cruel, a diferencia del espíritu libre de Viernes que ama la vida y los placeres que ofrece.


Yo, Viernes (Man Friday, 1975) con Richard Roundtree y Peter O'Toole
Yo, Viernes (1975)



También se muestra como la competencia exagerada y sin sentido termina resultando alienante. Cuando Crusoe organiza una especie de mini-olimpiadas en las que ambos participan en natación, carreras a pie, etc, Crusoe está ansioso por ganar, mientras que para Viernes lo importante es divertirse y disfrutar del juego.

Cuando Viernes se burla del chovinismo del inglés, que cada día al levantarse saluda la Unión Jack que cuelga de un mástil, éste le dice que Inglaterra es el país más rico del mundo. Pero cuando Viernes se entera de que en Inglaterra no hay plátanos, se echa a reír: "¿No hay platanos? Pues entonces Inglaterra es muy pobre". Ante esto, Crusoe se enfurece muchísimo.

Sin embargo el enfrentamiento más duro llega (como ocurre en la vida real...) cuando hay que tratar las cuestiones sociales. Viernes es quien realiza todo el trabajo, mientras que Crusoe simplemente se dedica a mirar, leer o dormir. Un día Viernes se rebela contra esto, y se niega a seguir trabajando a menos que ambos compartan las tareas.

Ante este desafío, al principio Crusoe trata de dominar a Viernes por la fuerza, encerrándole en una cueva. Sin embargo Viernes logra escapar, por lo que Crusoe no tiene otra opción que aceptar un compromiso: le pagará a Viernes un salario en monedas de oro por su trabajo. "Ser pagado significa que eres un hombre libre", le explica Crusoe.

Es decir, que Viernes pasa de ser un esclavo a ser un asalariado. Claro que, las monedas que recibe sólo puede cambiarlas por mercancías del propio Crusoe. Un día le pregunta cuanto le costaría comprar la casa y todas sus peternencias. Crusoe, que no le toma en serio, le da una cifra: "Dos mil monedas".


Encuentro entre Viernes y Robinson Crusoe
Encuentro entre Viernes y Robinson Crusoe



Aunque en ese momento no lo sabe, con su respuesta Crusoe sella su propio destino. Pasan los días, los meses y los años, hasta que un día Viernes se presenta con las dos mil monedas de oro para comprar la cabaña de Crusoe con todas sus pertenencias. Ni que decir tiene que el inglés no está dispuesto a entregarle sus propiedades a alguien que considera un ser inferior. Es evidente que para Viernes sólo queda una salida, y es tomar el poder por la fuerza.

Al final de la película, con toda la mezquindad de clase que representa Robinson Crusoe, no duda en humillarse mientras pacientemente espera el regreso de nuevas épocas de explotacion y barbarie. La pesimista conclusión es que Viernes y Crusoe nunca podrían coexistir pacíficamente, y que el problema histórico de la desigualdad resultará siempre insalvable. Al menos mientras una de las partes pretenda vivir a costa de la otra...

Real cómo la vida misma.



Enlaces:

  • Muchas versiones y pocas nueces
  • Todos somos Robinson Crusoe
  • Sobre naufragios, soledades y desencuentros: el fantasma de Robinson Crusoe
  • Robinson y Viernes



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    Adieu André y Dorine, Bon voyage!!!

    25 de septiembre de 2007


    André Gorz (1923-2007)

    Nos ha llenado de tristeza enterarnos de la muerte del gran pensador socialista André Gorz, quien se suicidó junto a su esposa Dorine en la casa de Vosnon (Departamento de Aube) donde vivían. Al parecer Dorine sufría mal de alzheimer desde hacía algunos años.

    Andre Gorz nació en Viena en 1923 y era hijo de un vendedor de sellos judío y una secretaria católica. Su vida estuvo marcada por los fantasmas derivados del ascenso del facismo en Europa. En 1939 fue enviado a un internado en Lausana para evitar el reclutamiento, y en esa ciudad suiza vivió durante varios años. Estudió ingeniería química, psicología y filosofía.

    Durante la guerra decidió romper completamente con todo lo alemán y acabó adoptando la nacionalidad francesa, ya que se indentificaba con los vencidos por la brutalidad nazi, y además era un gran admirador de Jean-Paul Sartre, al que conoció personalmente en Lausana en 1946. Tres años después se instaló en París, ya junto a la mujer de su vida, Dorine.


    André Gorz y Dorine
    André Gorz y Dorine (1947)



    Gorz era un revolucionario y estuvo muy vinculado a los movimientos sociales de postguerra, sobre todo al sindicalismo. Escribió ensayos como "Historia y enajenación" (1958), "Estrategia obrera y neocapitalismo" (1964), "El socialismo difícil" (1967) o "Reforma y revolución" (1969), que se convirtieron en obras de referencia para el movimiento obrero en Francia. Escribiendo bajo el pseudónimo de Michel Bosquet, también colaboró en la revista "Les Temps Modernes" (fundada por Sartre), y fue uno de los fundadores de "Le Nouvel Observateur" en 1964.

    Muy influido también por la Escuela de Frankfurt (Marcuse, Adorno, etc), se convirtió en uno de los iconos intelectuales de la Nueva Izquierda. Los temas que más le interesaban eran el trabajo y la alienación, es decir, como romper la dependencia de los trabajadores respecto al capital, y en un plano más general, rechazando el papel de trabajo como base central de la sociedad. Por eso defendía fórmulas como el autoempleo, las cooperativas y la autogestión por parte de los trabajadores. Fijaros que esto difiere bastante del marxismo clásico. Más adelante se ocupó también de los temas ecológicos ("La ecología como política", 1975), siendo casi un pionero en este ámbito, lo que le generó algunas incomprensiones dentro de los propios círculos socialistas.


    Adios al proletariado (A. Gorz, 1980)
    Portada de Adiós al proletariado (A. Gorz, 1980)



    En 1980 publicó su libro más polémico, titulado "Adiós al proletariado", que causó malestar entre los sindicatos franceses, aunque por contra fue bien recibido en Alemania, lo cual hizo que se reconciliara con este país tras más de cuarenta años de distanciamiento. En este libro revisaba algunas tesis importantes del marxismo, ya que en la sociedad postindustrial el trabajo dejaba de ocupar el lugar central de la sociedad, y por lo tando el sujeto revolucionario no podía ser ya el proletariado clásico, sino una nueva clase: el neopropetariado, que ya no se define sólo por su posición en el proceso productivo, sino que incluye una variedad de nuevas formas de explotación no siempre evidentes.

    Sus últimos libros publicados fueron "Metamorfósis del trabajo" (1988), "Capitalismo, Socialismo, Ecología" (1994) y "Miseria del presente, riqueza de lo posible" (1997). El pasado 2006, a sus 83 años, sorprendió con la publicación de "Carta a D., Historia de un amor", una carta de amor a Dorine, la mujer con la que compartió su vida, y a la que le decía cosas realmente hermosas en 75 páginas.

    No pretendó ofrecer una biografía completa de André Gorz, tan solo un recordatorio en el día que nos ha dejado /''. Gorz es uno de los pensadores socialistas más interesantes de la segunda mitad de siglo, y sin duda aun podemos aprender muchas cosas de él. Respecto a la evolución de la sociedad, era bastante optimista respecto al papel del conocimiento y las tecnologías de la información en la emancipación social, entre otras cosas porque el conocimiento no tiene propiedad privada posible. De ahí las diversas estrategias capitalistas para mantener el sistema de dependencia en condiciones cada vez menos favorables.

    Le interesaban, por ejemplo, las teorías de Frithjof Bergmann sobre el Nuevo Trabajo (New Work) basadas en la autosuficiencia comunitaria utilizando tecnologías avanzadas y con escaso gasto de trabajo.



    Enlaces:

  • Entrevista a André Gorz (en doc)



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