Hannie Schaft, la heroína pelirroja (1920-1945)

30 de marzo de 2007


Hannie Schaft (1920-1945)

Hannie Schaft es sin dudarlo nuestra pelirroja favorita, y una de las heroínas de la Segunda Guerra Mundial más valientes y que más admiramos. Esta chica holandesa solo tenía 24 años cuando fue ejecutada por los nazis en abril de 1945, ya casi al final de la guerra, pero antes había sido una verdadera pesadilla para los invasores.

Hannie en realidad no se llamaba así, pues este fue un alias que asumió en la Resistencia. Su verdadero nombre era Jannetje Johanna Schaft, y su familia y amigos la llamaban simplemente Jo. Nació el 16 de septiembre de 1920 en Haarlem, una ciudad situada a unos 20 kms al oeste de Amsterdam. Su padre Pieter Schaft era profesor y estaba afiliado al Partido Socialdemócrata (SDAP), mientras que su madre Aafje Vrijer era de origen menonita.

Cuando Jo tenía siete años, falleció su hermana mayor Annie, lo que hizo que su madre se volviera muy sobreprotectora hacia la única hija que le quedaba. En la familia había bastante interés por todo lo relacionado con la cultura y los libros, así como por la política, un tema habitual de sus conversaciones.

Jo era una buena estudiante, y aunque su familia no era adinerada, a base de esfuerzo consiguió una plaza para estudiar Derecho en la Universidad Gemeente de Amsterdam. Inició la carrera en 1938. Al principio sus padres insistieron en que continuara viviendo en Haarlem con ellos, y se desplazara para estudiar. Sin embargo ella optó por compartir un apartamento en Amsterdam con dos estudiantes amigas suyas.

Jo Schaft era un chica muy activa y comprometida. Además de estudiar participaba en foros de debate sobre la situación política y social, que como sabemos en esta época era bastante conflictiva en toda Europa, marcada por la crisis económica y el ascenso de los fascismos. Dos de sus mejores amigas eran Philine Polak y Sonja Frenk, dos estudiantes judías a quienes más tarde, durante la guerra, ocultaría en la casa de sus padres.

Para situarnos en los aconteciomientos que la llevaron a pasar de ser Jo Schaft, una ingenua jovencita estudiante de derecho en Amsterdam, a convertirse en Hannie, una temible miembro activo de la Resistencia armada contra los nazis, intentaré resumir la situación en unas cuantas líneas.


Holanda ocupada por los nazis
Judíos holandeses siendo deportados por soldados nazis



Holanda ocupada

Al iniciarse la Segunda Guerra Mundial, en septiembre de 1939, Holanda procuró mantenerse fuera del conflicto, declarando su neutralidad tal y como ya habían hecho en la Primera Guerra Mundial. Pese a todo no era ningún secreto que la agresiva política expansionista del Tercer Reich aspiraba a anexionarse este pequeño país. De hecho los nazis consideraban a los holandeses como auténticos "arios puros", y querían que Holanda formara parte integral de Alemania.

En Holanda no habían sufrido ninguna guerra en su territorio desde hacía más de un siglo, no tenían un ejército moderno y además su geografía casi enteramente plana hacía que el país fuera muy difícil de defender en caso de agresión. Pese a todo los holandeses confiaban en que si llegaba a producirse una situación de peligro, las grandes potencias, empezando por sus vecinos británicos, acudirían en su ayuda.

El caso es que, tras varias "falsas alarmas", el 10 de mayo de 1940 Holanda fue finalmente ocupada por el ejército alemán sin que prácticamente hubiera resistencia. El desequilibrio de fuerzas era demasiado grande.

A falta de resistencia militar, la única posibilidad que quedaba era la resistencia pasiva. Muchos holandeses escuchaban la radio que emitía desde Londres, o salían del cine cuando se proyectaba algún noticiario de propaganda alemán. También comenzaron a publicarse algunos periódicos clandestinos, y en febrero de 1941 una huelga del transporte organizada por los comunistas consiguió casi paralizar el país.

Los nazis prohibieron los partidos políticos, los judíos fueron declarados enemigos del estado, y con numerosos cambios legislativos intentaron poco a poco ir germanizando el país. Muchos ciudadanos fueron asesinados o enviados a campos de concentración, incluyendo a muchos alemanes que se habían refugiado en Holanda confiando en que era un país seguro (recordemos a la famosa Ana Frank). La desmoralización entre los ciudadanos era total, agravada por la vergonzosa huida del país de la Reina Guillermina y otros miembros de la casa real.


Miembro de la Resistencia

Bueno, pues este era el contexto, y a continuación regreso con la historia de Jo Schaft, a quien llamaremos Hannie a partir de ahora. En realidad, al principio la invasión alemana no cambió excesivamente la vida de Hannie ni la de los otros estudiantes. Seguían haciendo basicamente la misma vida, por más que les molestara la presencia de tropas alemanas en las calles.

La situación cambió totalmente en octubre de 1940, cuando comenzó la persecución contra los judíos holandeses. Como ya hemos dicho, varios de sus mejores amigos eran judíos, lo cual hizo que le afectara de una forma especial.


Hannie Schaft
Hannie Schaft



Muy pronto Hannie comenzó a involucrarse en las actividades de la Resistencia contra los invasores. Al principio su tarea se reducía a actos de resistencia que podríamos denominar "menores", como por ejemplo robar documentos de identidad que servían para proteger a sus amigos judíos, o distribuir panfletos clandestinos. Luego dio un paso más, participando en robos de armas a los soldados alemanes.

El hecho decisivo que la llevaría a pasar a la clandestinidad tuvo lugar en 1943, cuando los estudiantes fueron obligados a firmar una declaración de lealtad a las autoridades ocupantes. Algunos estudiantes, entre ellos Hannie, se negaron a firmar, y esto le supuso no poder continuar con sus estudios, porque lo que regresó a la casa de sus padres en Haarlem.

Allí poco después entró a formar parte de Raad van Verzet (RVV), un importante movimiento de Resistencia vinculado al Partido Comunista. Los comunistas eran con gran diferencia los más activos en las actividades de la Resistencia, y prácticamente los únicos. Hannie aprendió a hablar el alemán de forma fluida y esto le permitió relacionarse con los propios soldados alemanes. Esto ocasionó algunos malos entendidos, llegando a hacer que algunos de sus compañeros sospecharan de ella como posible traidora, pero ella en todo momento actuo con total disciplina y lealtad.


Hannie Schaft y Truus Oversteegen
Hannie Schaft y Truus Oversteegen



Aunque en la Resistencia había muchas mujeres, normalmente las actividades más peligrosas eran realizadas por hombres. Sin embargo había excepciones como Hannie, que era muy valiente y participó en varias acciones de enorme riesgo, tales como transportes de armas, acciones de sabotaje o liquidación de colaboracionistas y traidores.

Durante una de estas acciones, su compañero y amigo Jan Bonekamp fue capturado por los alemanes, y antes de morir fue torturado y obligado a revelar la identidad de Hannie, que hasta ese entonces era conocida solamente como la "muchacha del cabello rojo". A partir de ese momento se vió obligada a adoptar una identidad falsa y teñir su pelo de negro.

La muerte de Bonekamp, así como un disparo recibido por la propia Hannie en una pierna, la pusieron ante la dura realidad de que muy probablemente no saldría con vida de aquella experiencia. El invierno de 1944-45 fue realmente muy duro en Holanda, ya que las autoridades de ocupación cortaron todos los suministros como represalia por una huelga desencadenada en septiembre de 1944 contra el invasor. Los holandeses pasaron hambre por primera vez en mucho tiempo, y miles de personas murieron de inanición.


Hannie Schaft
Su lápida en Overveen



El final

Hannie Schaft fue capturada por los nazis el 21 de marzo de 1945, durante un control de carretera cerca de Haarlem. Al principo los alemanes no sabían quien era, pero las raíces rojas de su pelo pronto dejaron su identidad al descubierto.

Trasladada a un centro de detención de Amsterdam, solo saldría de allí para ser llevada a las dunas de arena de Overveen. Fue el 17 de abril de 1945. Circula la leyenda de que poco antes de morir le dijo a sus ejecutores: "Yo disparo mejor que vosotros". Finalmente, fueron dos disparos los que acabaron con su vida. El primero fue realizado por el oficial nazi Mattheus Schmitz. Viendo que Hannie no caía pese a su herida en la cabeza, el policía holandés colaborador de los nazis Maarten Kuiper, sacó su pistola y la remató. Allí mismo fue enterrada, en la arena.

Solo un mes después Holanda era liberada por los ejércitos aliados. Un total de 422 cuerpos fueron encontrados enterrados en las dunas de Overveen, de los cuales 421 eran hombres... El 27 de noviembre de ese año Hannie Schaft recibió un funeral de Estado al que acudió la Princesa Juliana. Por su parte la Reina Guillermina la llamó Símbolo de la Resistencia. En 1946 también le fue concedida póstumamente la Medalla de la Libertad de los EEUU.


Hannie Schaft, Parque Kenau, Haarlem

Hannie Schaft, Parque Kenau, Haarlem
Monumento de bronce en recuerdo de Hannie Schaft en el Parque Kenau de Haarlem



El olvido

No os creais que la historia de Hannie Schaft se ha librado de la furia destructora y rencorosa de "los de siempre". Por desgracia, su memoria ha molestado y sigue molestando a mucha gente, seguramente los mismos que se entregaron a los nazis tan pronto como sintieron el rugido de los primeros Panzer.

A Hannie Schaft, como a tantos otros activistas, no se le perdona que además de ser una gran luchadora, fuera comunista. La derrota del fascismo no significó (ni mucho menos) el reconocimiento de la labor de la Resistencia armada y mucho menos el de la contribución de las mujeres a la misma. Los homenajes y el recuerdo histórico se limitaron en gran medida a celebrar la posición oficial, es decir, la controlada por los aliados.

La resistencia comunista y anarquista fue cubierta con el manto del olvido, cuando no perseguida, durante la postguerra. De la mujer se esperaba su vuelta silenciosa al hogar, siendo ignorada su labor en la guerra incluso por parte de sus propios camaradas. Tal vez porque, esas mujeres, habían cuestionado en demasía su rol tradicional de seres pacíficos e indefensos, durante muchos años sólo merecieron el desprecio o (lo que es peor) el silencio de la historiografía oficial.

Un homenaje que le iban a tributar a Hannie Schaft sus camaradas en 1951 fue prohibido por las autoridades, llegando a producirse disturbios entre los asistentes y la policía. Durante muchos años también pusieron obstáculos al proyecto de realizar un monumento en su memoria en Haarlem, algo que finalmente se consiguió en 1982.

Hannie Scharft, Jan Bonekamp, los hermanos Truus y Fredie Oversteegen... eran comunistas. Eran militantes comunistas holandeses los que se ocupaban de esconder a judíos y otros perseguidos que huían de Alemania. Eran los mismos militantes que proveían de bonos de comida falsos que permitían alimentarse a mucha gente, o que organizaron una hulega general para impedir la deportación de prisioneros judíos de Amsterdam. Eran comunistas y no tenían cuernos, ni rabo, ni se comían a los niños. Y no pidieron nada a cambio de su sacrificio.


La chica con el cabello rojo (1981)
Cartel y una imagen de la película



Su historia fue llevada al cine con bastante éxito en una película holandesa titulada La chica con el cabello rojo (1981), y con la actriz Renée Soutendijk (habitual de Paul Verhoeven en su primera época, por ejemplo en El cuarto hombre) en el papel protagonista.

En la actualidad hay varias calles y escuelas en Holanda que llevan el nombre de Hannie Schaft, por ejemplo esta.

En la red no hay mucha información en inglés sobre Hannie Schaft (no digamos en español...). Como casi todo está en holandés (idioma que no tengo el gusto de conocer), puede ser que parte de la información que he puesto aquí no se ajuste fielmente a la realidad (la traducción automática no es nada fiable). Si hay datos erroneos agradezco las correcciones :) La web principal es esta: www.hannieschaft.nl



Escuchando Paper Cup, Heather Nova



3 comentarios:

Anónimo,  7 de abril de 2007, 18:06  

Gracias por tu comentario sobre esta mujer, Schaft ¡Sigue así, hombre!.

Anónimo,  28 de mayo de 2008, 12:00  

sin duda un símbolo y un ejemplo a seguir, cuesta imaginarse estar en estas situaciones, no se seriamos la mitad de valientes q Schaft, solo quiero aclarar que Truus y Fressie Overseegen eran dos hermanas chicas y las 3 fueron las q realizaron todo lo q hizó Schaft, almenos eso esta en el siguiente libro: "PARTISANAS, la mujer en la resistencia armada contra el fascismo y la ocupación alemana (1936-1945) de Ingrid Strobl, vale la pena leerse este libro

Anónimo,  21 de julio de 2018, 15:04  

Salvo a mucha gente la que hoy es una mierda
Traidores y cobardees mierda comunista que no dejan vivir tranquilo a los demas y aceptan a negros y judios

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