Alan Crosland, pionero del cine sonoro
16 de julio de 2006
Un día como hoy de 1936 fallecía en un accidente de tráfico, mientras conducía su coche por Sunset Boulevard, el cineasta Alan Crosland, uno de los pioneros de Hollywood.
Había nacido el 10 de agosto de 1894 en Nueva York, en una familia de clase media. Tras ejercer como crítico de teatro y cine en algunas revistas, comenzó su carrera cinematrográfica en 1912 en los famosos Estudios Edison de Nueva York, realizando diversos oficios hasta que empezó a dirigir sus primeros cortometrajes en 1917.
En 1920 realizó The Flapper, película protagonizada por la mítica Olive Thomas, que moriría en Francia pocos meses después con solo 25 años, envenenada con bicloruro de mercurio. Unos dicen que por accidente, otros que asesinada... Otro día os hablaré más sobre Olive Thomas (y de su fantasma, que dicen que todavía anda por ahí sosteniendo un frasco de veneno...) En el interesante (y archifamoso) libro Hollywood Babilonia de Kenneth Anger se habla de la muerte de Olive como el primer gran escándalo en la historia de Hollywood. Ese es el Hollywood que merecía la pena y no la mojigatería conservadora actual, cuyas historias son del tipo de fulanita divorciándose de menganito porque le ha puesto los cuernos, o fulanito que le pega una bofetada a un fotógrafo impertinente.
Bueno, que no me quiero perder, estaba hablando de Alan Crosland. En 1925 fue contratado por la Warner Bros. (y no Warner Brothers, como siguen diciendo muchos...) para dirigir películas en sus estudios de Hollywood. Hizo varias, incluyendo dos con la gran estrella masculina de la época John Barrymore.
Sin embargo su gran momento llegó cuando le encargaron dirigir El cantor de Jazz (The Jazz Singer, 1927), con el lituano Al Jolson de embetunado protagonista. Como sabreis, El cantor de Jazz está considerada la primera película sonora de la historia del cine, gracias al sistema Vitaphone. En realidad es basicamente una película muda exceptuendo las secuencias donde aparece Al Jolson cantando, así como algunas frases sueltas como cuando Jolson dice esa frase tan genial de "un momento, un momento, aún no has escuchado nada"... Con todo, se trataba de logro técnico admirable. Sincronizar imagen y sonido hoy nos parece una tontería, pero fue un asunto que mantuvo ocupados durante años a los técnicos e ingenieros.
De hecho el sistema Vitaphone, pese a su caracter rudimentario (el proyector y el fonógrafo seguían estando separados, aunque sincronizados), fue probado por primera vez en la película de 1926 Don Juan, también dirigida por Crosland, y no se consiguieron resultados satisfactorios. Esta película incorporaba algunos efectos de sonido rudimentarios (el choque de espadas y poco más) y una música de acompañamiento, pero no hablaba ningún personaje. De ahí que se considere a El cantor de Jazz como la primera película sonora, aunque como he dicho solo lo sea parcialmente.
La película trata de una familia de inmigrantes judíos ortodoxos en la que el padre, el rabino Rabinowitz, desea que su único hijo Jakie siga sus pasos como rabino, mientras que él hijo lo que en realidad desea es convertirse en cantante de jazz. Es una historia sobre esa dicotomía entre lo que uno quiere y lo que la familia quiere para uno, y en realidad tiene mucho que ver con la propia vida personal del Al Jolson. Aunque su contenido racista es criticable, el blackface era algo habitual en aquella época y no hay razones para pensar que Jolson tuviese algo contra los negros.
Tras el éxito de El cantor de jazz el cine mudo estaba sentenciado, y moriría en un tiempo récord, pues apenas un año después practicamente ya no se hacían películas mudas. Incluso algunas películas que se habían rodado como mudas, fueron sonorizadas a posteriori. El público lo demandaba...
Alan Crosbard siguió dirigiendo películas para la Warner con desigual éxito. Hay que recordar que en aquella época tanto directores como actores tenían contratos con determinada compañía, y trabajaban en exclusiva para ella. Lo que pasó es que el resto de compañías se pusieron las pilas y rapidamente el sistema Vitaphone de la Warner quedó obsoleto comparado con el sistema Movietone de la Fox, muy superior ya que incorporaba una banda lateral para el sonido en cada fotograma, por lo que la sincronización era casi perfecta. La Warner se empecinó durante un tiempo en continuar con el Vitaphone, hasta que en 1931 se rindió definitivamente ante la superioridad del Movietone.
Alan Crosland no era un director de cine especialmente brillante, pero se beneficio de su temprana experiencia con el sonoro, ya que logicamente era el director más "experimentado" con el nuevo lenguaje. Esto le permitió mantenerse unos años más "en la cumbre". En 1928 dirigio La bella de Baltimore (Glorious Betsy), protagonizada por Dolores Costello.
Claro que pronto se vio que para hacer una película de éxito no bastaba con la novedad del sonido, sino que hacia falta algo más, un buen guión, una buena dirección de actores, ese tipo de cositas... y en este punto Crosland no era digamos lo mejor de lo mejor. Aunque siguió dirigiendo películas hasta su muerte, ya no volvería a conocer el éxito y pronto quedó relegado a la serie B e hizo algunas películas dicen que horrorosas.
En la mañana del 10 de julio de 1936 iba conduciendo su coche por Sunset Boulevard cuando se salió de la carretera y se estrelló. Llego al hospital con graves heridas incluyendo una fractura de craneo. Para colmo en el hospital contrajo una neumonía, y murió el 16 de julio.
Dejó un hijo, Alan Crosland Jr. (1918-2001), fruto de su primer matrimonio con Juanita Fletcher. Alan Crosland Jr. fue director de series televisivas en los años 60 y 70, haciendo episodios de famosas series como The Twilight Zone, Wild Wild West o Bonanza.
Escuchando Heaven's a Lie, Lacuna Coil
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