China en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996
16 de mayo de 2008
Los Angeles 1984       Seúl 1988       Barcelona 1992       Atlanta 1996
Sydney 2000 (I)       Sydney 2000 (II)       Atenas 2004 (I)       Atenas 2004 (II)
Tras el fabuloso éxito del deporte chino en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, el listón estaba tan alto que el reto para los Juegos de Atlanta 96 no podía ser sino intentar mantener el mismo nivel. Y lo cierto es que los chinos respondieron muy bien a las expectativas, consiguiendo unos resultados muy similares a los de Barcelona. En total fueron 50 medallas, de las cuales 16 fueron de oro, 22 de plata y 12 de bronce, lo que situo a China en la cuarta posición del medallero, tras Estados Unidos, Rusia y Alemania.
En la primera mitad de los años noventa el deporte chino se vio salpicado por la controversia, debido a las sospechas de dopaje generalizado que pesaban sobre sus deportistas, especialmente las nadadoras y las corredoras de media distancia.
Los rumores de dopaje entre las nadadoras habían comenzado durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, donde ya se percibió la fuerza física impresionante de las chinas, un país que pese a no tener apenas tradición en este deporte, superó a las favoritas estadounidenses en muchas de las pruebas, convirtiéndose en una potencia de la natación femenina, con actuaciones tan destacadas como las de Lin Li, Zhuang Yong o Wenyi Yang, que ganaron varias medallas y lograron extraordinarios registros.
Sin embargo, fue en los Campeonatos del Mundo de Roma en 1994 cuando saltaron todas las alarmas. Si en Barcelona habían estado a un nivel similar a las estadounidenses, en la capital italiana las nadadoras chinas se comieron casi todo el pastel, ganando doce medallas de oro de un total de dieciséis pruebas, y batiendo cinco récords mundiales. Además, el aspecto físico de las chinas (gran volumen muscular, hombros desmesurados, etc) recordaba demasiado al de las walkyrias de la RDA que reinaron en las piscinas en las décadas de los setenta y ochenta. Luego estaba el asunto de las corredoras de media distancia, que en 1993 y siendo casi unas desconocidas habían pulverizado varios récords mundiales enm distancias desde los 1.500 a los 10.000 metros. Era imposible no ver algo sospechoso en este espectacular "salto adelante" del deporte chino.
Durante bastante tiempo ningún control antidopaje logró demostrar que las chinas hubieran recurrido a prácticas ilegales. Lo que precipitó los acontecimientos es que, como los siguientes Juegos Olímpicos iban a celebrarse en Atlanta, los estadounidenses veían con enorme preocupación el que las nadadoras chinas les fueran a aguar (nunca mejor dicho) la fiesta en su propia casa, humillando completamente a sus nadadoras. A fin de cuentas, la natación es uno de los deportes más importantes en unos Juegos Olímpicos, y Estados Unidos esperaba lograr un gran número de medallas. Por esta razón presionaron a los organismos internacionales para que investigaran y tomaran medidas contra lo que consideraban un escándalo ante el que ya no se podía mirar para otro lado. Y realmente hay que decir que tuvieron un éxito notable en el empeño...
Bajo la amenaza de exclusión de las grandes competiciones, las autoridades chinas se vieron obligadas a tomar cartas en el asunto, y en marzo de 1995 nueve entrenadores chinos fueron suspendidos durante un año por "negligencia". Entre ellos figuraban los mentores de varias campeonas mundiales. Por otro lado, los controles se hicieron más intensivos, y en los meses previos a los Juegos Olímpicos varias destacadas nadadoras dieron positivo y fueron igualmente suspendidas.
De este modo, cuando llegaron los Juegos de Atlanta la natación china estaba casi en cuadro y sus resultados no pasaron de discretos (seis medallas, pero sólo una de oro), dejando el camino libre a las nadadoras locales Amy Van Dyken, Beth Botsford, etc. Hubo, eso sí, una notable excepción, que fue la velocista de veintiún años Le Jingyi, doble plusmarquista mundial y que ya había competido en Barcelona 92 donde ganó la medalla de plata con el equipo de relevos 4 x 100 metros libres que . En Atlanta, Le Jingyi se proclamó campeona olímpica de los 100 metros libres y subcampeona en los 50 metros libres, así como en los relevos 4 x 100 metros libres.
Las otras tres medallas para la natación china correspondieron a Li Lin, la veterana campeona en Barcelona 92 y plusmarquista mundial, que fue bronce en los 200 metros estilos; a Limin Liu, medalla de plata en los 100 metros mariposa; y por último al equipo de relevos de 4 x 100 metros estilos, medallista de bronce tras Estados Unidos y Australia.
En cuanto a la natación masculina merece citarse a Jiang Chengji, que aunque no ganó ninguna medalla, obtuvo la cuarta posición tanto en los 50 metros libres como en los 100 metros mariposa, completando la mejor actuación de un nadador chino en toda la historia.
Por lo que respecta al atletismo, la cosas sucedieron de manera bastante similar a la natación. Tampoco aquí China había tenido nunca una tradición de grandes atletas, hasta que en los Campeonatos del Mundo de Stuttgart en 1993, una serie de corredoras casi desconocidas dominaron todas las distancias que van desde los 1.500 a los 10.000 metros, e incluso en el caso de los 3.000 metros, conquistando las tres medallas en juego.
Pero lo más sorprendente estaba aun por llegar, ya que apenas un mes más tarde, durante los campeonatos nacionales de China celebrados en Beijing, estas atletas lograron una serie de registros realmente asombrosos, batiendo varios récords mundiales con marcas que parecían imposibles. El caso más espectacular fue el de Wang Junxia, que en el intervalo de cinco días batió tres récords mundiales (dos veces el de 3.000 metros y una el de 10.000 metros).
El caso del récord de 10.000 metros fue el más impactante, ya que su marca de 29:31.76 rebajaba en nada menos que 42 segundos el anterior récord, que estaba en poder de la noruega Ingrid Kristiansen con 30:13.74. Y un dato todavía más sorprendente: Wang Junxia corrió la segunda parte de la carrera (es decir, los segundos 5.000 metros) en 14:26.4, once segundos más rápido que el récord mnundial de esta sola distancia, también en poder de Kristiansen con 14:37.33. En los quince años transcurridos desde entonces, ninguna mujer ha vuelto a bajar de los 30 minutos.
Para hacerlo todo más sospechoso, las corredoras que habían logrado estas proezas desaparecieron subitamente del escenario deportivo y nunca volverían a acercarse a esas marcas. Ma Junren, entrenador del equipo nacional, fue considerado como el principal responsable del programa de dopaje de las atletas chinas, aunque él lo negaba diciendo que lo único que tomaban sus atletas era un brebaje hecho a base de sangre de tortuga... A parte de los productos que tomaran, el programa incluía volúmenes de entrenamiento en altitud casi inhumanos, e incluso no faltaron acusaciones de maltrato físico y psicológico a las deportistas. Ma Junren fue apartado del equipo chino en diciembre de 1994, aunque ello no resolvería completamente el problema.
Cuando llegaron los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, esta polémica ya había pasado a un segundo plano. Pero eso no impidió que la doble plusmarquista mundial Wang Junxia, que había estado sin competir los últimos dos años, regresara para participar en la cita olímpica pese a las claras sospechas que pesaban sobre ella. Aunque muy lejos de su récord mundial, Wang Junxia consiguió alzarse con la medalla de oro en los 5.000 metros y la de plata en los 10.000 metros, donde ganó contra todo pronóstico la portuguesa Fernanda Ribeiro. Wang Junxia fue la única medallista china en pruebas de mediofondo, y tras los Juegos se retiró definitivamente del atletismo, dejando tras de sí un cúmulo de sospechas y cerrando uno de los episodios más oscuros de la reciente historia del deporte.
Las otras dos medallas logradas en Atlanta por el atletismo femenino chino fueron para la veterana Sui Xinmei, plata en lanzamiento de peso, y para Yan Wang, bronce en los 10 kilómetros marcha.
Un deporte en el que China no se vio afectada por los turbios asuntos del dopaje fue en los clavados. La gran Fu Mingxia, campeona olímpica en salto de plataforma en Barcelona 92, logró aquí superarse a si misma haciéndose con la medalla de oro tanto en plataforma como en trampolín, algo que ninguna mujer había logrado desde la alemana Ingrid Kraemer en los Juegos de Roma 1960. Fu Mingxia todavía participaría en los siguientes Juegos, en Sydney 2000, donde lograría un nuevo título olímpico. Por todo ello está considerada como la mejor clavadista de la historia, algo así como el equivalente a Greg Louganis pero en categoría femenina...
Entre los hombres destacó Xiong Ni, de veintidos años, también uno de los más grandes clavadistas de todos los tiempos, que ya había sido medallista en Seúl (con solo catorce años...) y en Barcelona, ambas veces en saltos desde la plataforma, y que aquí logró el oro en trampolín. También él volvería a repetir título en los Juegos de Sydney, convirtiéndose en el segundo clavadista de la historia en ganar medallas en cuatro olimpiadas, algo que solo había logrado el mítico italiano Klaus Dibiasi entre 1964 y 1976
Desde su debut olímpico en Seúl 88, el tenis de mesa ha estado dominado casi en exclusiva por los chinos. En Atlanta 96 este dominio fue aun más abrumador que las anteriores veces, ya que obtuvieron el triunfo en todas las categorías. La reina sin duda fue la pequeña Deng Yaping, que había sido doble campeona olímpica en Barcelona, y que repitió su éxito en Atlanta ganando tanto en individuales como en dobles junto a su compatriota Qiao Hong. Por ello Deng Yaping está considerada como la mejor jugadora de tenis de mesa de toda la historia.
El gran triunfador en la categoría masculina fue Liu Guoliang, de veinte años, que también ganó en individuales y en dobles junto a su compañero Kong Linghui. Liu Guoliang empezó a jugar al tenis de mesa a la edad de seis años en la provincia de Henan, y era el terror de sus oponentes por su gran saque y su excepcional rapidez.
De las doce medallas que se repartieron en el tenis de mesa en Atlanta, los chinos ganaron ocho, algo que volverían a repetir en los siguientes Juegos de Sydney 2000.
Si hubiera que elegir al deportista chino más destacado de los Juegos de Atlanta, ese sería sin duda el gimnasta Li Xiaoshuang. Ya en los Juegos de Barcelona había tenido una destacada actuación ganando tres medallas, pero en Atlanta, más maduro y experimentado, se consagró definitivamente al proclamarse campeón olímpico en el concurso completo individual, batiendo a rivales de la talla de Alexei Nemov y Vitaly Scherbo.
El caso es que los Juegos no habían empezado bien para este gimnasta. Los chinos eran los grandes favoritos para ganar el oro en la competición por equipos, tal y como habían hecho en los dos últimos campeonatos mundiales, pero un grave fallo de Li Xiaoshuang en su ejercicio de anillas hizo que fuera puntuado con solo 8.350, lo que dio al traste con las opciones del equipo, que solo pudo acabar en segunda posición lejos de los rusos. Por eso se prometió a si mismo compensar su error y salió especialmente motivado en la competición individual, donde venció en un cerradísimo duelo con el favorito ruso Alexei Nemov que solo se resolvió en el último aparato a favor del chino por apenas 49 centésimas, la menor diferencia de la historia olímpica.
Además del oro individual y la plata por equipos, Li Xiaoshuang ganó otra medalla de plata en la final de suelo, aparato donde había sido campeón en Barcelona 92. Esta vez el oro fue para el sorpendente griego Ioannis Melissanidis, quien no contaba en ningún pronóstico
Por último, no queremos dejar de mencionar que el campeón olímpico en caballo con arcos fue Donghua Li, un gimnasta nacido y formado en China, pero nacionalizado suizo al casarse con una mujer de este país.
En cuanto a la categoría femenina, la actuación de las chinas dejó un amargo sabor a decepción, ya que tenían grandes expectativas tras la segunda posición por equipos lograda en los mundiales de Sabae el año anterior. Pero en Atlanta una sucesión de errores y caídas en el primer día, relegaron a las chinas a la cuarta posición, muy lejos de las rumanas, que acabaron terceras.
Además, en la competición individual la mejor gimnasta china Mo Huilan, vio como se le escapaba entre las manos la gran oportunidad de su vida, pues a falta de únicamente del ejercicio de suelo iba liderando la competición. Pero durante una serie de volteretas cometió un error y se salió fuera de los límites del practicable, por lo que recibió una baja puntuación. Esto, dada la enorme igualdad reinante, hizo que no solamente perdiera la medalla de oro, sino que acabara relegada a la quinta posición final. El triunfo finalmente fue para la ucraniana Lilia Podkopayeva, vigente campeona mundial y europea.
El premio de consolación para las chinas llegó en las finales por aparatos, donde ganaron dos medallas. Mo Huilan fue segunda en salto tras la rumana Simona Amanar, mientras que Bi Wenjing fue segunda en paralelas asimétricas empatada con la americana de origen asiático Amy Chow, y a apenas una décima de la ganadora rusa Svetlana Khorkina.
Por primera vez en la historia el fútbol femenino entraba a formar parte del programa olímpico. A diferencia de lo que ocurre en el fútbol masculino, China es una verdadera potencia mundial entre las mujeres. De hecho este país acogió la primera edición de la Copa del Mundo femenina en 1991. En los Juegos de Atlanta las estadounidenses estaban consideradas las grandes favoritas, ya que jugaban en casa y su federación había invertido muchos recursos en su preparación. Además, tenían en su equipo a la considerada como mejor futbolista del mundo, Mia Hamm.
Las chinas realizaron un gran torneo, haciendo una impresionante demostración de los progresos que habían alcanzado en muy pocos años. En la primera fase derrotaron a Suecia y Dinamarca, y empataron con las americanas. En semifinales se vieron las caras con Brasil, a la que derrotaron por tres goles a dos. Por fin, la final olímpica enfrentó a los dos mejoren equipos del torneo, China y Estados Unidos. Fue un partido enormemente igualado, disputado de poder a poder. Las americanas se adelantaron en el minuto 19 con un gol de Shannon MacMillan, que aprovechó un rechace tras un disparo de su compañera Mia Hamm que había pegado en el poste. Pero China reaccionó, y pocos minutos después igualó el marcador gracias a Sun Wen. Finalmente un gol de la mediapunta Tiffeny Milbrett en la segunda parte desequilibró la balanza en favor de EEUU, logrando para su país el primer título olímpico de fútbol femenino.
Otra final que tuvo como protagonistas a chinas y estadounidentes fue la de softball. El softball (pelota blanda) es un deporte similar al béisbol y practicado mayoritariamente por mujeres, que como el fútbol formaba parte por vez primera del programa olímpico. Estados Unidos, país donde se inventó, es también la principal potencia de este deporte, y casi nadie dudaba de que ganaría medalla de oro en los Juegos de Atlanta. China era probablemente el único equipo capaz de ofrecerle resistencia, y de hecho poco antes de los Juegos habían abierto una grieta en la hegemonía yanqui causándole su primera derrota en diez años. En la final olímpica se volvieron a enfrentar los dos mejores equipos del mundo, y esta vez, sin embargo, no hubo sorpresas, imponiéndose las americanas por tres carreras a una.
Tampoco a China le sonrió la fortuna en la final olímpica de voleibol femenino, donde sucumbieron ante el potentísimo equipo cubano por tres sets a uno. Las cubanas, campeonas olímpicas en Barcelona 92 y campeonas mundiales en 1994, no habían comenzado bien el torneo, sufriendo dos derrotas ante Brasil y Rusia en la primera fase, pero supieron recuperarse eliminando a Estados Unidos en cuartos de final y Brasil en semifinales. Por contra, las chinas habían hecho una primera fase impecable, con cinco victorias en otros tantos partidos, para luego derrotar a Alemania en cuartos y a Rusia en semifinales. Pero en la final, apenas pudieron ofrecer resistencia ante el poderoso juego de las morenas del caribe, con grandísimas e inolvidables jugadoras como Mireya Luis, Regla Torres, Regla Bell o Magaly Carvajal.
Como venía siendo habitual desde Los Angeles 84, China obtuvo buenos resultados en las categorías ligeras de halterofilia, ganando dos medallas de oro por medio de Tang Ningsheng en -59 kg y Zhan Xugang en -70 kg, que además estableció un nuevo récord mundial. Zhan Xugang lograría revalidar el oro cuatro años despues en los Juegos de Sydney 2000. A parte de los oros, Zhang Xiangsen fue plata en -56 kg y Xiao Jiangang bronce en -64 kg
También fue buena la cosecha en tiro olímpico, con cinco medallas: dos de oro, dos de plata y una de bronce. Destacó el doblete chino en blanco móvil con Ling Yang y Jun Xiao, oro y plata respectivamente, así como la jóven tiradora Li Duihong, oro en pistola deportiva.
Especialmente dramática fue la final de pistola de aire a 10 metros, donde el ilustre veterano Wang Yifu, en su cuarta olimpiada, no pudo reeditar el oro de Barcelona y sucumbió por una sola décima ante el italiano Roberto di Donna. Yifu iba liderando la prueba y parecía el claro ganador, hasta que en el último disparo cometió un tremendo fallo que puntuó solo 6.5 (a este nivel cualquier cosa por debajo de 9.0 se considera un muy mal resultado). Tras su fallo, Wang Yifu rompió a llorar y luego se desmayó, teniendo que sacarle en camilla. Parece ser que el gran tirador chino se vio afectado por el extremo calor ese día en Atlanta. La imagen de Yifu desolado tras fallar el último disparo recorrió las televisiones de todo el mundo.
Cuatro medallas llegaron en el badminton, deporte que había debutado como olímpico en los Juegos de Barcelona y donde los países asiáticos siguieron imponiendo su hegemonía, aunque con una notable excepción, la del danés Poul-Erik Høyer Larsen, que logró la medalla de oro individual al derrotar en la final al chino Dong Jiong. Larsen era el primer europeo en disputar una final olímpica en este deporte y acabó ganando por un marcador de 15-12 y 15-12
De la actuación china destacó sobre todo la medalla de oro de la pareja formada por Ge Fei y Gu Jun, que se hizo con la victoria en dobles al derrotar en la final a las coreanas por un contundente 15-5 y 15-5. A lo largo del torneo las chinas no cedieron ni un sólo set. En los siguientes Juegos de Sydney 2000 volverían a llevarse el triunfo.
En el judo femenino la reina fue Sun Fuming, de veintidos años, que se hizo con el título en la categoría femenina de más de 72 kg tras derrotar en la final a la cubana Estela Rodríguez, quen repetía así el segundo puesto de Barcelona 92, donde curiosamente también sucumbió ante otra judoka china, Zhuang Xiaoyan.
El resto de deportes en los que china obtuvo alguna medalla en los Juegos de Atlanta fueron el tiro con arco (He Ying, plata en la competición individual femenina), el remo (Xiuyun Zhang y Mianying Cao, plata en doble scull femenino) y la lucha grecorromana (Sheng Zetian, bronce en -57 kg)
En la primera mitad de los años noventa el deporte chino se vio salpicado por la controversia, debido a las sospechas de dopaje generalizado que pesaban sobre sus deportistas, especialmente las nadadoras y las corredoras de media distancia.
Los rumores de dopaje entre las nadadoras habían comenzado durante los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, donde ya se percibió la fuerza física impresionante de las chinas, un país que pese a no tener apenas tradición en este deporte, superó a las favoritas estadounidenses en muchas de las pruebas, convirtiéndose en una potencia de la natación femenina, con actuaciones tan destacadas como las de Lin Li, Zhuang Yong o Wenyi Yang, que ganaron varias medallas y lograron extraordinarios registros.
Sin embargo, fue en los Campeonatos del Mundo de Roma en 1994 cuando saltaron todas las alarmas. Si en Barcelona habían estado a un nivel similar a las estadounidenses, en la capital italiana las nadadoras chinas se comieron casi todo el pastel, ganando doce medallas de oro de un total de dieciséis pruebas, y batiendo cinco récords mundiales. Además, el aspecto físico de las chinas (gran volumen muscular, hombros desmesurados, etc) recordaba demasiado al de las walkyrias de la RDA que reinaron en las piscinas en las décadas de los setenta y ochenta. Luego estaba el asunto de las corredoras de media distancia, que en 1993 y siendo casi unas desconocidas habían pulverizado varios récords mundiales enm distancias desde los 1.500 a los 10.000 metros. Era imposible no ver algo sospechoso en este espectacular "salto adelante" del deporte chino.
Durante bastante tiempo ningún control antidopaje logró demostrar que las chinas hubieran recurrido a prácticas ilegales. Lo que precipitó los acontecimientos es que, como los siguientes Juegos Olímpicos iban a celebrarse en Atlanta, los estadounidenses veían con enorme preocupación el que las nadadoras chinas les fueran a aguar (nunca mejor dicho) la fiesta en su propia casa, humillando completamente a sus nadadoras. A fin de cuentas, la natación es uno de los deportes más importantes en unos Juegos Olímpicos, y Estados Unidos esperaba lograr un gran número de medallas. Por esta razón presionaron a los organismos internacionales para que investigaran y tomaran medidas contra lo que consideraban un escándalo ante el que ya no se podía mirar para otro lado. Y realmente hay que decir que tuvieron un éxito notable en el empeño...
Bajo la amenaza de exclusión de las grandes competiciones, las autoridades chinas se vieron obligadas a tomar cartas en el asunto, y en marzo de 1995 nueve entrenadores chinos fueron suspendidos durante un año por "negligencia". Entre ellos figuraban los mentores de varias campeonas mundiales. Por otro lado, los controles se hicieron más intensivos, y en los meses previos a los Juegos Olímpicos varias destacadas nadadoras dieron positivo y fueron igualmente suspendidas.
Atlanta 1996 - Le Jingyi, campeona en los 100 metros libres
Atlanta 1996 - Le Jingyi, campeona en los 100 metros libres
Atlanta 1996 - Podium de los 50 metros libres, con Amy Van Dyken (oro),
Le Jingyi (plata) y Sandra Völker (bronce)
Le Jingyi (plata) y Sandra Völker (bronce)
De este modo, cuando llegaron los Juegos de Atlanta la natación china estaba casi en cuadro y sus resultados no pasaron de discretos (seis medallas, pero sólo una de oro), dejando el camino libre a las nadadoras locales Amy Van Dyken, Beth Botsford, etc. Hubo, eso sí, una notable excepción, que fue la velocista de veintiún años Le Jingyi, doble plusmarquista mundial y que ya había competido en Barcelona 92 donde ganó la medalla de plata con el equipo de relevos 4 x 100 metros libres que . En Atlanta, Le Jingyi se proclamó campeona olímpica de los 100 metros libres y subcampeona en los 50 metros libres, así como en los relevos 4 x 100 metros libres.
Las otras tres medallas para la natación china correspondieron a Li Lin, la veterana campeona en Barcelona 92 y plusmarquista mundial, que fue bronce en los 200 metros estilos; a Limin Liu, medalla de plata en los 100 metros mariposa; y por último al equipo de relevos de 4 x 100 metros estilos, medallista de bronce tras Estados Unidos y Australia.
En cuanto a la natación masculina merece citarse a Jiang Chengji, que aunque no ganó ninguna medalla, obtuvo la cuarta posición tanto en los 50 metros libres como en los 100 metros mariposa, completando la mejor actuación de un nadador chino en toda la historia.
Wang Junxia en los mundiales de Stuttgart 1993
Por lo que respecta al atletismo, la cosas sucedieron de manera bastante similar a la natación. Tampoco aquí China había tenido nunca una tradición de grandes atletas, hasta que en los Campeonatos del Mundo de Stuttgart en 1993, una serie de corredoras casi desconocidas dominaron todas las distancias que van desde los 1.500 a los 10.000 metros, e incluso en el caso de los 3.000 metros, conquistando las tres medallas en juego.
Pero lo más sorprendente estaba aun por llegar, ya que apenas un mes más tarde, durante los campeonatos nacionales de China celebrados en Beijing, estas atletas lograron una serie de registros realmente asombrosos, batiendo varios récords mundiales con marcas que parecían imposibles. El caso más espectacular fue el de Wang Junxia, que en el intervalo de cinco días batió tres récords mundiales (dos veces el de 3.000 metros y una el de 10.000 metros).
El caso del récord de 10.000 metros fue el más impactante, ya que su marca de 29:31.76 rebajaba en nada menos que 42 segundos el anterior récord, que estaba en poder de la noruega Ingrid Kristiansen con 30:13.74. Y un dato todavía más sorprendente: Wang Junxia corrió la segunda parte de la carrera (es decir, los segundos 5.000 metros) en 14:26.4, once segundos más rápido que el récord mnundial de esta sola distancia, también en poder de Kristiansen con 14:37.33. En los quince años transcurridos desde entonces, ninguna mujer ha vuelto a bajar de los 30 minutos.
Para hacerlo todo más sospechoso, las corredoras que habían logrado estas proezas desaparecieron subitamente del escenario deportivo y nunca volverían a acercarse a esas marcas. Ma Junren, entrenador del equipo nacional, fue considerado como el principal responsable del programa de dopaje de las atletas chinas, aunque él lo negaba diciendo que lo único que tomaban sus atletas era un brebaje hecho a base de sangre de tortuga... A parte de los productos que tomaran, el programa incluía volúmenes de entrenamiento en altitud casi inhumanos, e incluso no faltaron acusaciones de maltrato físico y psicológico a las deportistas. Ma Junren fue apartado del equipo chino en diciembre de 1994, aunque ello no resolvería completamente el problema.
Atlanta 1996 - Wang Junxia, campeona en los 5.000 metros
Atlanta 1996 - Wang Junxia, campeona en los 5.000 metros
Cuando llegaron los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, esta polémica ya había pasado a un segundo plano. Pero eso no impidió que la doble plusmarquista mundial Wang Junxia, que había estado sin competir los últimos dos años, regresara para participar en la cita olímpica pese a las claras sospechas que pesaban sobre ella. Aunque muy lejos de su récord mundial, Wang Junxia consiguió alzarse con la medalla de oro en los 5.000 metros y la de plata en los 10.000 metros, donde ganó contra todo pronóstico la portuguesa Fernanda Ribeiro. Wang Junxia fue la única medallista china en pruebas de mediofondo, y tras los Juegos se retiró definitivamente del atletismo, dejando tras de sí un cúmulo de sospechas y cerrando uno de los episodios más oscuros de la reciente historia del deporte.
Las otras dos medallas logradas en Atlanta por el atletismo femenino chino fueron para la veterana Sui Xinmei, plata en lanzamiento de peso, y para Yan Wang, bronce en los 10 kilómetros marcha.
Atlanta 1996 - Fu Mingxia, campeona en saltos de trampolín y plataforma
Atlanta 1996 - Fu Mingxia, campeona en saltos de trampolín y plataforma
Atlanta 1996 - Xiong Ni, campeón en salto de trampolín
Atlanta 1996 - Atlanta 1996 - Xiong Ni, campeón en salto de trampolín
Un deporte en el que China no se vio afectada por los turbios asuntos del dopaje fue en los clavados. La gran Fu Mingxia, campeona olímpica en salto de plataforma en Barcelona 92, logró aquí superarse a si misma haciéndose con la medalla de oro tanto en plataforma como en trampolín, algo que ninguna mujer había logrado desde la alemana Ingrid Kraemer en los Juegos de Roma 1960. Fu Mingxia todavía participaría en los siguientes Juegos, en Sydney 2000, donde lograría un nuevo título olímpico. Por todo ello está considerada como la mejor clavadista de la historia, algo así como el equivalente a Greg Louganis pero en categoría femenina...
Entre los hombres destacó Xiong Ni, de veintidos años, también uno de los más grandes clavadistas de todos los tiempos, que ya había sido medallista en Seúl (con solo catorce años...) y en Barcelona, ambas veces en saltos desde la plataforma, y que aquí logró el oro en trampolín. También él volvería a repetir título en los Juegos de Sydney, convirtiéndose en el segundo clavadista de la historia en ganar medallas en cuatro olimpiadas, algo que solo había logrado el mítico italiano Klaus Dibiasi entre 1964 y 1976
Atlanta 1996 - Deng Yaping, campeona individual y de dobles en tenis de mesa
Atlanta 1996 - Deng Yaping recibiendo su medalla de manos del presidente del COI
Atlanta 1996 - Deng Yaping y Hong Qiao, campeonas de dobles en tenis de mesa
Atlanta 1996 - Liu Guoliang, campeón individual en tenis de mesa
Atlanta 1996 - Liu Guoliang y Kong Linghui, campeones de dobles en tenis de mesa
Desde su debut olímpico en Seúl 88, el tenis de mesa ha estado dominado casi en exclusiva por los chinos. En Atlanta 96 este dominio fue aun más abrumador que las anteriores veces, ya que obtuvieron el triunfo en todas las categorías. La reina sin duda fue la pequeña Deng Yaping, que había sido doble campeona olímpica en Barcelona, y que repitió su éxito en Atlanta ganando tanto en individuales como en dobles junto a su compatriota Qiao Hong. Por ello Deng Yaping está considerada como la mejor jugadora de tenis de mesa de toda la historia.
El gran triunfador en la categoría masculina fue Liu Guoliang, de veinte años, que también ganó en individuales y en dobles junto a su compañero Kong Linghui. Liu Guoliang empezó a jugar al tenis de mesa a la edad de seis años en la provincia de Henan, y era el terror de sus oponentes por su gran saque y su excepcional rapidez.
De las doce medallas que se repartieron en el tenis de mesa en Atlanta, los chinos ganaron ocho, algo que volverían a repetir en los siguientes Juegos de Sydney 2000.
Atlanta 1996 - Li Xiaoshuang, campeón individual en gimnasia artística
Atlanta 1996 - Li Xiaoshuang, campeón individual en gimnasia artística
Atlanta 1996 - Mo Huilan, la mejor gimnasta china
Atlanta 1996 - Bi Wenjing, plata en paralelas asimétricas
Si hubiera que elegir al deportista chino más destacado de los Juegos de Atlanta, ese sería sin duda el gimnasta Li Xiaoshuang. Ya en los Juegos de Barcelona había tenido una destacada actuación ganando tres medallas, pero en Atlanta, más maduro y experimentado, se consagró definitivamente al proclamarse campeón olímpico en el concurso completo individual, batiendo a rivales de la talla de Alexei Nemov y Vitaly Scherbo.
El caso es que los Juegos no habían empezado bien para este gimnasta. Los chinos eran los grandes favoritos para ganar el oro en la competición por equipos, tal y como habían hecho en los dos últimos campeonatos mundiales, pero un grave fallo de Li Xiaoshuang en su ejercicio de anillas hizo que fuera puntuado con solo 8.350, lo que dio al traste con las opciones del equipo, que solo pudo acabar en segunda posición lejos de los rusos. Por eso se prometió a si mismo compensar su error y salió especialmente motivado en la competición individual, donde venció en un cerradísimo duelo con el favorito ruso Alexei Nemov que solo se resolvió en el último aparato a favor del chino por apenas 49 centésimas, la menor diferencia de la historia olímpica.
Además del oro individual y la plata por equipos, Li Xiaoshuang ganó otra medalla de plata en la final de suelo, aparato donde había sido campeón en Barcelona 92. Esta vez el oro fue para el sorpendente griego Ioannis Melissanidis, quien no contaba en ningún pronóstico
Por último, no queremos dejar de mencionar que el campeón olímpico en caballo con arcos fue Donghua Li, un gimnasta nacido y formado en China, pero nacionalizado suizo al casarse con una mujer de este país.
En cuanto a la categoría femenina, la actuación de las chinas dejó un amargo sabor a decepción, ya que tenían grandes expectativas tras la segunda posición por equipos lograda en los mundiales de Sabae el año anterior. Pero en Atlanta una sucesión de errores y caídas en el primer día, relegaron a las chinas a la cuarta posición, muy lejos de las rumanas, que acabaron terceras.
Además, en la competición individual la mejor gimnasta china Mo Huilan, vio como se le escapaba entre las manos la gran oportunidad de su vida, pues a falta de únicamente del ejercicio de suelo iba liderando la competición. Pero durante una serie de volteretas cometió un error y se salió fuera de los límites del practicable, por lo que recibió una baja puntuación. Esto, dada la enorme igualdad reinante, hizo que no solamente perdiera la medalla de oro, sino que acabara relegada a la quinta posición final. El triunfo finalmente fue para la ucraniana Lilia Podkopayeva, vigente campeona mundial y europea.
El premio de consolación para las chinas llegó en las finales por aparatos, donde ganaron dos medallas. Mo Huilan fue segunda en salto tras la rumana Simona Amanar, mientras que Bi Wenjing fue segunda en paralelas asimétricas empatada con la americana de origen asiático Amy Chow, y a apenas una décima de la ganadora rusa Svetlana Khorkina.
Atlanta 1996 - Fútbol femenino, semifinales entre China y Brasil
Atlanta 1996 - Fútbol femenino, final entre China y EEUU. Mia Hamm con el balón
Por primera vez en la historia el fútbol femenino entraba a formar parte del programa olímpico. A diferencia de lo que ocurre en el fútbol masculino, China es una verdadera potencia mundial entre las mujeres. De hecho este país acogió la primera edición de la Copa del Mundo femenina en 1991. En los Juegos de Atlanta las estadounidenses estaban consideradas las grandes favoritas, ya que jugaban en casa y su federación había invertido muchos recursos en su preparación. Además, tenían en su equipo a la considerada como mejor futbolista del mundo, Mia Hamm.
Las chinas realizaron un gran torneo, haciendo una impresionante demostración de los progresos que habían alcanzado en muy pocos años. En la primera fase derrotaron a Suecia y Dinamarca, y empataron con las americanas. En semifinales se vieron las caras con Brasil, a la que derrotaron por tres goles a dos. Por fin, la final olímpica enfrentó a los dos mejoren equipos del torneo, China y Estados Unidos. Fue un partido enormemente igualado, disputado de poder a poder. Las americanas se adelantaron en el minuto 19 con un gol de Shannon MacMillan, que aprovechó un rechace tras un disparo de su compañera Mia Hamm que había pegado en el poste. Pero China reaccionó, y pocos minutos después igualó el marcador gracias a Sun Wen. Finalmente un gol de la mediapunta Tiffeny Milbrett en la segunda parte desequilibró la balanza en favor de EEUU, logrando para su país el primer título olímpico de fútbol femenino.
Atlanta 1996 - Softball, final entre China y EEUU
Atlanta 1996 - Jugadora china de softball
Otra final que tuvo como protagonistas a chinas y estadounidentes fue la de softball. El softball (pelota blanda) es un deporte similar al béisbol y practicado mayoritariamente por mujeres, que como el fútbol formaba parte por vez primera del programa olímpico. Estados Unidos, país donde se inventó, es también la principal potencia de este deporte, y casi nadie dudaba de que ganaría medalla de oro en los Juegos de Atlanta. China era probablemente el único equipo capaz de ofrecerle resistencia, y de hecho poco antes de los Juegos habían abierto una grieta en la hegemonía yanqui causándole su primera derrota en diez años. En la final olímpica se volvieron a enfrentar los dos mejores equipos del mundo, y esta vez, sin embargo, no hubo sorpresas, imponiéndose las americanas por tres carreras a una.
Atlanta 1996 - Voleibol femenino, Cuartos de final entre China y Alemania
Tampoco a China le sonrió la fortuna en la final olímpica de voleibol femenino, donde sucumbieron ante el potentísimo equipo cubano por tres sets a uno. Las cubanas, campeonas olímpicas en Barcelona 92 y campeonas mundiales en 1994, no habían comenzado bien el torneo, sufriendo dos derrotas ante Brasil y Rusia en la primera fase, pero supieron recuperarse eliminando a Estados Unidos en cuartos de final y Brasil en semifinales. Por contra, las chinas habían hecho una primera fase impecable, con cinco victorias en otros tantos partidos, para luego derrotar a Alemania en cuartos y a Rusia en semifinales. Pero en la final, apenas pudieron ofrecer resistencia ante el poderoso juego de las morenas del caribe, con grandísimas e inolvidables jugadoras como Mireya Luis, Regla Torres, Regla Bell o Magaly Carvajal.
Atlanta 1996 - Tang Ningsheng, campeón de -59 kg en halterofilia
Atlanta 1996 - Zhan Xugang, campeón de -70 kg en halterofilia
Como venía siendo habitual desde Los Angeles 84, China obtuvo buenos resultados en las categorías ligeras de halterofilia, ganando dos medallas de oro por medio de Tang Ningsheng en -59 kg y Zhan Xugang en -70 kg, que además estableció un nuevo récord mundial. Zhan Xugang lograría revalidar el oro cuatro años despues en los Juegos de Sydney 2000. A parte de los oros, Zhang Xiangsen fue plata en -56 kg y Xiao Jiangang bronce en -64 kg
Atlanta 1996 - Lin Yang y Jun Xiao, oro y plata en blanco móvil
Atlanta 1996 - Li Duihong, oro en pistola deportiva
Atlanta 1996 - Li Duihong, oro en pistola deportiva
Atlanta 1996 - Wang Yifu siendo atendido tras su desmayo
También fue buena la cosecha en tiro olímpico, con cinco medallas: dos de oro, dos de plata y una de bronce. Destacó el doblete chino en blanco móvil con Ling Yang y Jun Xiao, oro y plata respectivamente, así como la jóven tiradora Li Duihong, oro en pistola deportiva.
Especialmente dramática fue la final de pistola de aire a 10 metros, donde el ilustre veterano Wang Yifu, en su cuarta olimpiada, no pudo reeditar el oro de Barcelona y sucumbió por una sola décima ante el italiano Roberto di Donna. Yifu iba liderando la prueba y parecía el claro ganador, hasta que en el último disparo cometió un tremendo fallo que puntuó solo 6.5 (a este nivel cualquier cosa por debajo de 9.0 se considera un muy mal resultado). Tras su fallo, Wang Yifu rompió a llorar y luego se desmayó, teniendo que sacarle en camilla. Parece ser que el gran tirador chino se vio afectado por el extremo calor ese día en Atlanta. La imagen de Yifu desolado tras fallar el último disparo recorrió las televisiones de todo el mundo.
Atlanta 1996 - Ge Fei y Gu Jun, campeonas de dobles en badminton
Cuatro medallas llegaron en el badminton, deporte que había debutado como olímpico en los Juegos de Barcelona y donde los países asiáticos siguieron imponiendo su hegemonía, aunque con una notable excepción, la del danés Poul-Erik Høyer Larsen, que logró la medalla de oro individual al derrotar en la final al chino Dong Jiong. Larsen era el primer europeo en disputar una final olímpica en este deporte y acabó ganando por un marcador de 15-12 y 15-12
De la actuación china destacó sobre todo la medalla de oro de la pareja formada por Ge Fei y Gu Jun, que se hizo con la victoria en dobles al derrotar en la final a las coreanas por un contundente 15-5 y 15-5. A lo largo del torneo las chinas no cedieron ni un sólo set. En los siguientes Juegos de Sydney 2000 volverían a llevarse el triunfo.
Atlanta 1996 - Sun Fuming y la cubana Estela Rodríguez se enfrentan en la final de +72 kg en judo
Atlanta 1996 - Sun Fuming, campeona de +72 kg en judo
En el judo femenino la reina fue Sun Fuming, de veintidos años, que se hizo con el título en la categoría femenina de más de 72 kg tras derrotar en la final a la cubana Estela Rodríguez, quen repetía así el segundo puesto de Barcelona 92, donde curiosamente también sucumbió ante otra judoka china, Zhuang Xiaoyan.
El resto de deportes en los que china obtuvo alguna medalla en los Juegos de Atlanta fueron el tiro con arco (He Ying, plata en la competición individual femenina), el remo (Xiuyun Zhang y Mianying Cao, plata en doble scull femenino) y la lucha grecorromana (Sheng Zetian, bronce en -57 kg)
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